Mirá los mejores tips para preparar sushi al estilo de un restaurante pero en casa
Corrían los años sesenta cuando el padre de Iwao Komiyama inauguró el primer restaurante de sushi en la Argentina y uno de los primeros de América Latina. En aquel entonces, solo algunos hablaban de este plato y era algo poco conocido por estas tierras. Todavía hoy Iwao recuerda que sus amigos pensaban que su padre estaba loco: “En el país de la carne veníamos a vender pescado y, además, crudo”. Pero la apuesta resultó ser visionaria.
El sushi ganó muy rápidamente un lugar en la gastronomía local y el cocinero Iwao Komiyama es su máximo cultor. Él forma parte de la tercera generación de una familia de chefs. Es argentino, sus padres y abuela son de Tokio y su bisabuelo era sajón-alemán, así que lleva en su sangre un poco de cada cultura.
“Cuando viajo, me dicen que soy el señor japonés que habla como argentino; o el señor argentino que tiene cara de japonés”, aclara. Es, además, empresario —tiene su propia empresa de catering—, conduce programas de televisión en el canal elgourmet.com, asesora a restaurantes, arma sus cartas y prepara sushi como nadie.
Con su tradicional chaqueta azul, Iwao Komiyama recibe a Selecciones en la Escuela de Cocineros Gato Dumas. Dejó a sus alumnos en clase y, durante el tiempo que lleva la conversación, la consigna para ellos fue precisa: armar rolls con calamar, cortar el pepino en rodajas de espesor milimétrico y “emplatar” con armonía y elegancia. Para quienes lo hayan visto por televisión, un plato suyo terminado parece un cuadro; es que también es arquitecto y su sentido de la estética aparece a cada instante. Iwao maneja sus cuchillos con la precisión de un cirujano, aconseja a sus alumnos con la paciencia de un padre y habla de su vida y de la cocina con la misma pasión.
Sabe que este plato típico japonés llegó para quedarse. ¿Qué se lo indica? “Hoy todos tienen salsa de soja en su casa. Eso quiere decir que todo el mundo come sushi… de otro modo, ¿para qué la querrían?”, sentencia.
El sushi se prepara en raciones pequeñas, aproximadamente del tamaño de un bocado y puede adoptar diversas formas. Si se sirven el pescado y el arroz enrollados en una hoja de alga nori, se lo llama maki; si se trata de una especie de albóndiga de arroz cubierta por el pescado, hablamos de nigiri. Hacer sushi puede no ser difícil ni tampoco costoso, si uno quiere.
La palabra sushi significa arroz avinagrado, por ende, los ingredientes básicos para prepararlo son arroz y vinagre. ¿Cuál es el arroz indicado? El doble carolina o arroz medio; el más común de todos, el que se usa para una paella. ¿Qué vinagre? Natural o de alcohol. Azúcar y sal. “Y nada más, ése es el arroz del sushi”, simplifica Iwao. Después, depende de cómo se quiera armar el roll o el maki. En este último caso, lo que hará falta para rodear al arroz son algas. Actualmente, se consiguen no sólo en negocios especializados sino también en cualquier supermercado. Acerca de su precio, Iwao aclara: “No son caras, porque un alga se corta al medio y de ella se sacan dos rolls; cada roll pesa 300 gramos; es decir que de un paquete de 10 algas en teoría comen 20 personas”. Falta rellenarlo sobre la base de un pescado, o con frutas y verduras. Y un poquito de soja, para lo que también guarda unas palabras: “Hay que entender que la soja es sodio puro, pura sal; 3 mm es suficiente”.
La receta no parece difícil: el secreto está entonces en la técnica, y para eso se dedica a dar clases. Lo importante es no perder de vista que se trata de pescado crudo —entre otros ingredientes— y que, en consecuencia, es muy importante preservar la materia prima: “Es muy sensible; hay que cuidar que esté a la temperatura de conservación precisa —siempre por debajo de 0°C— y cocinar con la exigencia con la que se les cocina a los seres queridos. Cocinar es un acto de amor”, afirma.
Aquellos que quieran hacer sushi en casa deberán tener —además de paciencia— un kit básico. El cuchillo para pescado debe ser fino, flexible y largo pero alcanzará con uno de oficio de cocinero afilado y uno fileteador de pescado; una esterilla y una tabla de plástico. Y en esto Iwao es categórico: las manos, la tabla y el cuchillo deben estar siempre limpios. Por eso aconseja que la tabla no sea de madera sino de plástico: “Es más higiénica y dura mucho más”.
Hasta acá, todo perfecto. Salvo por el alto costo que tiene pedir sushi por teléfono o armar en casa las piezas que llevan ingredientes caros. Y para eso, Iwao propone una alternativa: “La idea es hacer un sushi a menor costo. ¿Cómo? Regionalizándolo. No sólo va a ser más barato sino también de mejor calidad y más fresco. ¿Qué sentido tiene consumir un producto caro y de baja calidad? Para eso, es mejor recurrir a productos nacionales o regionales”, afirma. Una opción es utilizar los pescados frescos de cada país. El inconveniente que se presenta es que hay que conocer ciertos procesos químicos antes de cambiar el pescado. Iwao explica: “Ocurre que el salmón ya está controlado, porque es de cultivo; pero no pasa lo mismo con el resto de los pescados”. ¿Qué hay que considerar? La cadena de frío o la urgencia con la que el pescado debe ser desangrado porque de otra manera la carne se oxida y se pone rancia.
Iwao propone un sushi con gusto local: “Un sushi argentino, un sushi colombiano, un sushi mexicano… Tenemos mucha identidad propia, hagamos un sushi autóctono entonces”. Y con esta premisa es que acaba de incorporar a la carta de un nuevo restaurante un sushi con carne vacuna. Es que —técnicamente— se puede armar una pieza de sushi con cualquier alimento, así como las empanadas.
Iwao vuelve con sus alumnos, a quienes anima, estimula y enseña a confiar en lo que hacen. Corrige técnicas, cortes, puntos de cocción. Y es tan humilde que, a la hora de la devolución, confunde su plato con el de sus alumnos. Por suerte, refiriéndose al propio, sólo dijo: “Éste está muy bien”.
Gery Sushi Roll (postre o dulce de sushi)
- 140 g de arroz doble carolina o arroz tipo medio
- 50 cm3 de leche de coco
- 200 cm3 de leche
- azúcar blanca, a gusto
- 1 rama de lemon grass o canela
- 1 cucharada de ralladura de naranja
- 1 alga nori; 100 g de cereales
- 100 g de yokan negro (dulce de poroto azuki) o dulce de batata
- 1 mango
- 100 g de chocolate para la cobertura
- 4 frutillas
- 2 hojas de menta.
En una olla de mano colocamos el arroz con la leche y revolvemos constantemente, junto a las ramas de hierba limón. Después de 18- 20 minutos, colocamos el azúcar junto a la ralladura de naranja y crema de coco, revolvemos unos segundos más y dejamos reposar en la heladera hasta que quede bien frío.
Tomamos una este-rilla con papel film, y colocamos sobre ella un alga nori.
Cubrimos la totalidad del alga con el arroz con leche y con cereales, invertimos el sentido del alga, de modo que quede el arroz por dentro y el alga por fuera.
Tomamos el yoban o dulce de batata, cortamos bastones a gusto, envolvemos con mango, lo ponemos en el centro y enrollamos.
Por último, pasamos el roll por chocolate cobertura, cortamos con cuidado y servimos, decorado con frutilla y hojas de menta.