Además de ser atractivos visualmente, los platos coloridos esconden una gran cantidad de beneficios para la salud.
Una forma efectiva de prevenir la artritis es comer alimentos coloridos. Si es rojo,
anaranjado, violáceo o verde, es muy probable que esté lleno de antioxidantes,
compuestos que neutralizan las moléculas dañinas llamadas radicales libres que,
según se cree, interfieren con la reparación y la reconstrucción del cartílago.
Los mangos dulces y jugosos, los duraznos, las naranjas y la sandía están
llenos de beta criptoxantina, el antioxidante de nombre más difícil, parte del
dúo de compuestos beneficiosos para las articulaciones que, en un estudio
realizado en 25.000 personas por la Universidad de Manchester, en el Reino
Unido, disminuyeron el riesgo de sufrir artritis en un 20 a un 40 por ciento.
El otro antioxidante, la zeaxantina, se encuentra en la espinaca, el maíz
dulce, las arvejas y los pimientos rojos. Las personas con los niveles más
altos de estos dos antioxidantes en la sangre redujeron su riesgo de sufrir
artritis aún más, en un 50 por ciento.
La vieja y querida
vitamina C también es buena para las articulaciones. Según los investigadores
de la Universidad de Boston, comer muchas frutillas, naranjas, pimientos rojos
y brócoli (todos cargados de vitamina C) podría ayudar a retrasar la aparición
de dolor en las rodillas si ya tiene osteoartritis. En un estudio, las personas
que incorporaban las mayores cantidades de vitamina C tenían tres veces menos
probabilidades de sufrir dolor en las rodillas debido a la artritis que las
personas con niveles inferiores.