¿Qué puedo comer si tengo diabetes?

Ingiera de cinco a nueve porciones de frutas y verduras por día, además de tres porciones de granos integrales. Seguir una dieta hipoglucémica, con productos y granos integrales, y reducir el consumo de pan blanco, arroz blanco, comidas como panqueques y medialunas hechas con harina blanca y dulces ayuda a mantener bajo y estable el azúcar en sangre. Las investigaciones demuestran que también baja la inflamación corporal leve, lo que interfiere con la acción de la insulina y la absorción de azúcar en sangre por parte de las células.

Consuma menos comida rápida. ¿Comer en locales de comida rápida provoca diabetes? Considere esto: cuando los investigadores de la Universidad de Minnesota hicieron un seguimiento de los hábitos alimentarios y la salud de 9514 personas de 45 a 64 años durante hasta 10 años, descubrieron que quienes consumían dos porciones de carne roja (como hamburguesas) por semana tenían un 26% más de probabilidades de acabar con síndrome metabólico. Una ración diaria de papas fritas u otras comidas fritas lo elevaba en un 10 a 25% más. Estas comidas tienen alto contenido de grasas saturadas y grasas trans, que se han asociado a la diabetes.

Incorpore pescado y el aceite de oliva. Cada bocado de hamburguesa y cada trozo de manteca están repletos de grasas saturadas. Esto no solo obstruye las arterias, también aumenta la resistencia a la insulina, que impulsa hacia la diabetes verdadera. Estas grasas también provocan inflamación, que es tóxica para las células, incluso las que se ocupan del azúcar en sangre. El pescado y el aceite de oliva tienen los efectos opuestos y pueden de hecho reducir el riesgo de diabetes. Lo mismo pasa con los frutos secos (incluso con el maní) y el aceite de canola.

Por supuesto, no es bueno excederse incluso con estas grasas buenas, ya que tienen muchas calorías. Reducir el consumo total de grasas, como también el de grasas saturadas, ayudó a los participantes del estudio del Programa de prevención de diabetes a disminuir el riesgo. Los participantes limitaron las grasas saturadas al 7% de las calorías totales por día, aproximadamente el equivalente a 50 gramos de queso más una porción de manteca si consume 2000 calorías diarias.