La ejercitación de músculos inactivos puede ayudarte.
Un estudio reciente afirma que se han duplicado las estadísticas en cuanto a dolor de espalda desde 1990. Ahora, una revisión de 14 estudios indica que la ejercitación de músculos inactivos puede potenciar una mejora en un 15 por ciento. La clave es trabajar los músculos profundos del tronco, que soportan y controlan la espina dorsal. Para evitar complicaciones:
1. Recostate sobre tu espalda con las rodillas dobladas y la planta de los pies sobre el piso. Mantené tu columna en una posición neutral (no arqueándola ni presionándola contra el suelo). Levantá la pierna izquierda; al mismo tiempo, levantá el brazo derecho y deslizalo hacia atrás hasta apoyarlo horizontalmente sobre el piso. Volvé a la posición del inicio; repetí el ejercicio en el lado opuesto. Hacé cinco repeticiones. Gradualmente incrementá el movimiento hasta llegar a diez.
2. Con manos y rodillas en el piso, y la columna en posición neutral, estirá un brazo hasta dejarlo paralelo a la línea del suelo. Bajalo; luego levantá y bajá el otro brazo. Repetí la operación cinco veces. Después estirá una pierna hacia atrás, en línea paralela al piso. Bajala; luego levantá y bajá la otra pierna. Repetí cinco veces. Trabajá hasta estirar un brazo y la pierna opuesta a él, simultáneamente; de modo gradual incrementá el movimiento hasta llegar a diez.