Cuando las temperaturas no bajan durante la noche, el
organismo se ve comprometido.
Una encuesta a residentes de la ciudad de Nagoya, en el
centro de Japón, proporcionó evidencia del impacto negativo de las
temperaturas más cálidas del verano durante la noche en la salud de la
población. En total, más de 1.200 residentes completaron un cuestionario
sobre la calidad del sueño durante los veranos de 2011 y 2012. Los
resultados mostraron que la alteración del sueño por la noche aumentaba cuando
la temperatura diurna mínima superaba los 24,8 grados centígrados. Usando la
medición de años de vida ajustados por discapacidad (DALY, según sus siglas en
inglés), la cantidad de años de salud de la población perdidos debido
alteraciones del sueño fue comparable al resultado de los golpes de calor.
Esto destaca la importancia de gestionar no solo el aumento de las temperaturas
diurnas, sino también proporcionar soluciones para lograr temperaturas
nocturnas saludables para que las personas puedan dormir mejor. Las
calurosas noches de verano pueden ser agradables cuando está de vacaciones,
pero en Japón las cosas se han vuelto demasiado cálidas para estar cómodo.
Habla con un vecino y el saludo más común será: “¡Hace calor, verdad!”. Es
incómodo, por decir lo menos, pero ¿qué otros impactos tienen estos veranos más
calurosos, más largos y sofocantes en los residentes de Japón? Gracias al
trabajo, el equipo descubrió que la prevalencia diaria de trastornos del sueño aumentaba cuando la temperatura mínima diurna superaba los 24,8 grados
centígrados. También hubo una diferencia significativa en la alteración del
sueño entre los grupos de edad para los participantes masculinos, ya que los
hombres más jóvenes tenían más problemas para dormir bien por la noche que los
hombres mayores. “Los trastornos del sueño aumentan cuando la temperatura
mínima diaria supera los 25 grados centígrados”, dice el profesor Tomohiko
Ihara de la Escuelas de Posgrado en Ciencias Fronterizas de la Universidad de
Tokio. Por ello, este estudio es un paso hacia la cuantificación del daño
causado por el cambio climático a la salud del sueño, y los investigadores
esperan que ayude a los legisladores del Gobierno a reconocer el impacto
significativo de las altas temperaturas nocturnas y se utilice para brindar
orientación para dormir mejor. “Los acondicionadores de aire están ampliamente
instalados en Japón, por lo que su uso adecuado puede ser una solución. Uno
trata de aclimatar el cuerpo al calor tanto como sea posible, pero cuando es
insoportable, se enciende el aire acondicionado tanto de día como de noche”,
explica Ihara. “Pero esta opción no está al alcance de todos, y a la larga será
necesario promover medidas para reducir la temperatura exterior, tanto de día
como de noche”.