Afirman los especialistas que los niños deben tener una rutina de actividad física al menos una hora al día, para garantizar una vida saludable.
Sabemos que hacer ejercicio mejora y mantiene la aptitud física, la salud y el bienestar de la persona. Martha Ruano, instructora certificada de Sport City comenta que en cada una de las etapas de la vida el ejercicio proporciona beneficios importantes a la salud.
Desde temprana edad se recomienda que los pequeños se relacionen con la actividad física que sin parecerlo, sea formal. Es decir, a través del juego, pero que forme parte de su cotidianeidad, ya que a esta edad se adquieren los hábitos.
Puede pensarse que un niño no necesita ejercicio como tal, pues por su naturaleza son activos y juegan y se mueven con toda esa energía que les caracteriza; sin embargo, si no se obtiene el hábito será muy difícil que en una edad adulta se realice formalmente el ejercicio.
El ejercicio físico en los menores es importante para la salud de estos, así como para su desarrollo y crecimiento. Según el portal MedlinePlus, servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., los niños deben tener una rutina de actividad física al menos una hora al día, para garantizar una vida saludable. Es recomendable actividades en las que se sientan cómodos.
Hacer ejercicio en la niñez proporciona muchos beneficios entre los que se destacan los siguientes: mejora la coordinación psicomotriz; permite el desarrollo de destrezas, reflejos y reacciones; favorece el aprendizaje de disciplina y respeto; favorece el aumento de la concentración y el autocontrol; refuerza valores (tolerancia, responsabilidad, perseverancia); contribuye a la sociabilización y la superación de la timidez; fomenta la colaboración por sobre el individualismo; favorece el crecimiento de huesos y músculos; potencia la creación y regulación de hábitos; permite la corrección de posibles defectos físicos.
Un informe de Organización Mundial de la Salud da cuenta de que la actividad física reporta en general beneficios fundamentales para la salud de niños y jóvenes. Esta conclusión está basada en los resultados de varios estudios, que han observado que el aumento de actividad física estaba asociado a unos parámetros de salud más favorables, y de trabajos experimentales que han evidenciado una asociación entre las intervenciones de actividad física y la mejora de los indicadores de salud. Algunos de los beneficios documentados son: mejora de la forma física (tanto de las funciones cardiorrespiratorias como de la fuerza muscular), reducción de la grasa corporal, perfil favorable de riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, mayor salud ósea, y menor presencia de síntomas de depresión.
LA OMS afirma que para los niños de edades de entre 6 a 10 años, la actividad física consiste en juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias. Con el fin de mejorar las funciones musculares, la salud ósea y aumentar las defensas del cuerpo, la OMS recomienda que:
• La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y huesos.
• La actividad física por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud.
Un estudio acerca del sobrepeso y obesidad en niños y jóvenes llevado a cabo por el Ministerio de Salud de Argentina, revela que las investigaciones basadas en intervenciones tendientes a aumentar el ejercicio físico y a disminuir el sedentarismo en niños en edad escolar mostraron que:
• Podrían ayudar a mantener a los niños en un peso saludable, pues mejoran el índice de masa corporal (decreciéndolo) en los niños.
• El abordaje de cambio en la conducta debe involucrar no sólo al niño y la familia, sino también a la comunidad educativa y a la comunidad en general.
El mismo estudio deja ver que los hábitos se adquieren con mayor facilidad en los primeros años de vida y los padres que tienen hijos pequeños deben recibir asesoramiento y educación temprana para llevar adelante con responsabilidad la misión de generar conductas saludables en la familia.
Por todo lo expresado anteriormente, es importante que los padres incentiven a sus hijos a pasar menos tiempo frente a la televisión, computadora o videojuegos e involucrarlos en la práctica de ejercicio, en actividades como correr, andar en bicicleta, natación o bien algún deporte como el fútbol. Demostrar interés en las actividades que practican los niños y motivarlos mucho, es de vital importancia para que crezcan sanos física y emocionalmente.