Los alimentos procesados no solo perjudican a los órganos
del cuerpo, sino también a los huesos.
Fuente: Salud a Diario
Un equipo de investigadores de la Universidad Hebrea de
Jerusalén ha demostrado la existencia de vínculos entre los alimentos ultraprocesados y la reducción de la calidad de los huesos, revelando el
daño que causan estos alimentos, especialmente para los niños más pequeños en
sus años de desarrollo. El estudio, dirigido por la profesora Efrat Monsonego-
Ornan y la Dra. Janna Zaretsky del Departamento de Bioquímica, Ciencias de los
Alimentos y Nutrición de la Facultad de Agricultura, sirve como la primera
investigación integral del efecto que tienen ciertos productos alimenticios
ampliamente disponibles sobre el desarrollo del esqueleto.
¿Cómo afecta la comida chatarra al esqueleto?
Los alimentos ultraprocesados, también conocidos como
comida chatarra, son productos alimenticios que se someten a varias etapas de
procesamiento y contienen ingredientes no dietéticos. Son populares entre
los consumidores porque son de fácil acceso, relativamente económicos y listos
para comer del paquete. La creciente prevalencia de estos productos en todo el
mundo ha contribuido directamente al aumento de la obesidad y a otros efectos
mentales y metabólicos en consumidores de todas las edades. A los niños les
suele gustar la comida chatarra. Se estima que hasta el 70 % de su consumo
calórico proviene de alimentos ultraprocesados. Si bien numerosos estudios
han reflexionado sobre el efecto negativo general de la comida chatarra, pocos
se han centrado en los efectos directos en el desarrollo de los niños. El
estudio israelí trabajó con roedores de laboratorio cuyos esqueletos se
encontraban en las etapas de crecimiento posembrionario. Los roedores que
fueron sometidos a alimentos ultraprocesados sufrieron retraso en el
crecimiento y su resistencia ósea se vio afectada negativamente. Luego, en
el examen histológico, los investigadores detectaron altos niveles de
acumulación de cartílago en las placas de crecimiento de los roedores, el
“motor” del crecimiento óseo. Cuando se sometieron a pruebas adicionales las
células de los roedores, los investigadores encontraron que los perfiles
genéticos de ARN de las células del cartílago de los ejemplares que habían sido
sometidos a la dieta de comida chatarra mostraban características de deterioro
del desarrollo óseo. Posteriormente, el estudio replicó el tipo de ingesta de
alimentos basados en comida chatarra para los roedores. “Dividimos la ingesta
nutricional semanal de los roedores: el 30 % provino de una dieta 'controlada',
el 70 % de alimentos ultraprocesados”, dice Monsonego-Ornan. Descubrieron que
los roedores experimentaron un daño moderado en su densidad ósea, aunque
había menos indicios de acumulación de cartílago en sus placas de crecimiento.
“Nuestra conclusión fue que, incluso en cantidades reducidas, los alimentos
ultraprocesados pueden tener un impacto negativo definitivo en el crecimiento
del esqueleto”.