¿Qué contiene este
alimento que lo hace tan beneficioso? ¿Y qué dolencias ayuda a combatir? Lea esta nota y
descubrirá los componentes y efectos de la avena.
La
avena contiene betaglucano, un tipo especial de fibra con propiedades de
aumentar la inmunidad, estabilizar el azúcar en sangre y hacer bajar el
colesterol. Los antioxidantes llamados avenantramidas, que se encuentran
solo en la avena, destruyen los radicales libres. Estos antioxidantes también ayudan
a prevenir la ateroesclerosis (o endurecimiento de las arterias). Esta
doble acción, en conjunto, puede darle un gran impulso a la salud cardíaca.
Además, la avena es una buena fuente de selenio, potente antioxidante que
participa en la reparación del ADN. El selenio también se vincula con la reducción
del riesgo de cáncer, en especial del cáncer de colon. Por último, los
estudios demuestran que las avenantramidas de la avena, aplicadas sobre la
piel, reducen la picazón y la inflamación.
Un estudio llevado a cabo en 2009 en la Facultad de Medicina y Centro de Diabetes de la Universidad de Atenas, en Grecia, confirmó que consumir avena disminuye el colesterol “malo” LDL y puede mejorar la resistencia a la insulina en las personas con diabetes tipo 2. En este estudio, 46 personas recibieron una porción diaria de pan enriquecido con 3 gramos de betaglucano (aproximadamente la cantidad que se obtendría con una taza y media de avena cocida), o bien de pan blanco común. Al cabo de tres semanas, las personas del grupo del betaglucano habían tenido un descenso del colesterol LDL de casi un 16%, y su colesterol total bajó en casi un 13%. Pero en el grupo del pan blanco, los niveles de colesterol LDL de los participantes descendieron alrededor del 3% y su colesterol total aumentó en aproximadamente un 2%. Los pacientes del grupo del betaglucano experimentaron un descenso en la resistencia a la insulina, pero ésta aumentó ligeramente en los del grupo del pan común.
Puesto que la avena
requiere bastante tiempo de digestión, tiende a mantener la sensación de
saciedad por más tiempo. Es probable que este efecto se deba a su contenido de
proteínas y fibra. En un estudio en el que se comparó la avena con un cereal en
copos azucarado, los investigadores llegaron a la conclusión de que los sujetos
que comían avena en el desayuno consumían un tercio menos de calorías en el
almuerzo, lo que contribuía a mantener el peso.