Con los ingredientes
necesarios, tiempo y un poco de voluntad, podrá convertirse en un especialista
en remedios caseros si sigue estos consejos.
Cuente con las herramientas adecuadas
El equipo básico. Igual que con la cocina, hacer remedios caseros
implica más que tener los ingredientes. La siguiente es una lista completa de
lo que debería usar si deseara preparar todos los remedios de este libro:
• Recipiente para baño María, de vidrio, acero inoxidable o
enlozado
• Juego de recipientes y boles
para mezclar, de material no reactivo
• Embudo de acero inoxidable o de
cerámica
• Cucharas medidoras y para
mezclar, de acero inoxidable
• Cucharas de madera para revolver
• Exprimidor de limones, de acero
inoxidable, vidrio o cerámica
• Pava
• Tazas de té de cerámica
• Colador de té
• Termómetro para repostería
• Cuchillos de cocina
• Molinillo de café o de especias,
reservado especialmente para los remedios
• Licuadora
• Palangana plástica grande, para
los pies
• Recipiente para inhalaciones de
vapor
• Rinocornio para lavajes nasales;
se consigue en dietéticas
• Rallador, reservado para cera de
abejas (es casi imposible limpiar la cera del rallador)
• Gasa o tela de trama abierta,
para cataplasmas y bolsitas para remojar en la bañera
• Una o dos vendas elásticas, para
sostener los emplastos en su lugar
• Frascos con tapa hermética, de medio litro y un litro de capacidad (como los de conservas)
• Difusor de aromaterapia; se consigue en dietéticas.
Opte por materiales no reactivos
Así protegerá sus preparados de
salud y de belleza de las reacciones químicas que pueden afectar el color y la
fragancia. Esto significa evitar cacerolas y utensilios de aluminio sin revestir,
de hierro o de cobre.
Sí, pueden cumplir doble función.
Puede ser que la mayor parte del equipamiento que se menciona más arriba ya sea
parte de su cocina. Y sí, para cocinar se pueden usar los mismos elementos que
se utilizan para preparar los remedios caseros. Solo asegúrese de haber lavado
todo bien y de que los utensilios estén totalmente secos antes de empezar.
Preparación y conservación de
remedios
Seleccione frascos y recipientes. Busque frascos pequeños y opacos, de boca ancha y tapa de buen ajuste, para conservar las cremas de belleza y los ungüentos para la piel. Como los remedios caseros no contienen conservantes, es necesario protegerlos de la luz y del aire. Cualquier vidrio oscuro o coloreado (ámbar, blanco opaco o azul) protege de la luz a las cremas. Si se las mantiene en un recipiente pequeño para que esté casi totalmente lleno, también se las protege del aire. De hecho, cuando haya usado la mitad del frasco, traspase la crema restante a un frasco más pequeño, para que siga protegida. Una tapa hermética es importante para que no entre el aire e impedir la evaporación; los tapones de corcho son demasiado porosos para ser seguros.
Busque o compre botellas con atomizador y botellitas de medio litro, con buena tapa, para los enjuagues bucales y rociadores. Intente reciclar las de los productos que emplea en la cocina y en el baño. Antes de usar los frascos y botellas, esterilícelos en el lavavajillas; o lávelos bien frotando con jabón y agua caliente, enjuague completamente y déjelos secar al aire.
Trabaje sobre una superficie protegida
Si bien ninguno de los
ingredientes de estas recetas es demasiado fuerte, algunos podrían manchar o
dañar materiales de la cocina. Recomendamos preparar los remedios sobre una
tabla de picar, grande y lavable. Elija una de polipropileno de alta densidad,
que es antimicrobiano, no poroso, y no absorbente.
¡Tape las botellas enseguida!
No conviene que las botellas de agua
oxigenada, alcohol de farmacia o de aceites esenciales queden abiertas. Se
evaporan rápido y pueden derramarse. En cuanto haya medido la cantidad que
necesita, vuelva a taparlas bien.
Almacene con prudencia
La mayoría de los remedios caseros de este
libro están destinados al uso inmediato o en pocos días. Si decide conservar alguno,
lo más seguro es la heladera. Ciertos ungüentos y remedios se pueden conservar
más tiempo.
No olvide la etiqueta
Rotule cualquier frasco o botella nueva,
apenas los llene. La etiqueta debe indicar el nombre del producto y la fecha de
elaboración. Si regala un producto de belleza casero, liste también los
ingredientes (evite causar una reacción alérgica por ignorancia). El etiquetado
es fundamental, porque muchas de estas preparaciones se ven parecidas en el
frasco, y es fácil olvidar qué y cuándo se preparó.
Rotule con un marcador permanente. Use un marcador permanente y a
prueba de agua, y también puede cubrir la etiqueta con cinta de embalar
transparente. Esto evitará que la etiqueta se manche y quede ilegible; es
especialmente adecuado para las pociones que contienen aceites.
Haga cubitos de té
La próxima vez
que prepare un té medicinal fuerte, en especial uno que probablemente use con
frecuencia, triplique o incluso cuadruplique la receta. Use lo que necesita en
el momento y deje enfriar el resto a temperatura ambiente. Vierta el té en
cubeteras para hielo, o divídalo en porciones en recipientes individuales.
Etiquete claramente con el nombre del té y la fecha, y congele. Cuando los
cubos ya estén congelados, puede pasarlos a una bolsa de freezer (congelados)
(no se olvide de etiquetarla, también) para almacenarlos más fácilmente. La
próxima vez que necesite el té, retire una porción y caliéntelo. Un dato: los
cubos de té de melisa calmante son súper refrescantes para usar con el té común
helado.