Si bien los remedios caseros suelen basarse en recetas milenarias, hay una serie de factores para tener en cuenta y utilizarlos con prudencia.
Si estas curas
tradicionales se usaron a diario durante miles de años, lo más probable es que
sean buenas, o de otro modo la gente no las habría seguido usando. Pero siempre
existe algún riesgo: de efectos colaterales, de interacción con medicamentos, o
simplemente, de que no sea el remedio adecuado. Los remedios caseros citados en
este libro tienen el respaldo de abundantes pruebas anecdóticas de su
efectividad, y en muchos casos también de estudios científicos; y fueron
examinados en detalle con respecto a su seguridad por nuestra asesora médica.
Pero en ciertos casos corresponde tomar más precauciones, por ejemplo:
Si
está embarazada. No tome ningún suplemento, hierbas ni medicamentos de
venta libre sin antes consultar con su médico. Incluso los remedios inocuos
podrían tener efectos no deseados sobre el embarazo o el bebé.
Si
está tomando medicamentos recetados. Pregunte a su médico sobre las interacciones entre la
medicación recetada y los remedios de este libro. Infórmele también de cualquier
suplemento o medicamento que esté tomando en ese momento, en particular si
padece una afección crónica como diabetes o enfermedad cardíaca.
Si
es alérgico a cierto alimento o medicamento. Tenga especial
cuidado, o consulte a su médico, antes de ingerir remedios que puedan contener
el alérgeno.
Si
padece un problema de salud grave. El propósito de estos
remedios es el de ayudar a tratar molestias cotidianas y mejorar la salud en
general, no el de enmascarar problemas más graves que requieren tratamiento
médico.
Si
se trata de un niño o un bebé. Algunos remedios caseros no son apropiados para niños
y bebés. A menos que un remedio esté específicamente recomendado para chicos,
antes consulte con el pediatra.
Si
experimenta efectos no deseados. Por más que con estos remedios caseros seguros los
efectos secundarios son raros, podrían ocurrir reacciones alérgicas, incluso si
nunca había sido alérgico a algo. Si presenta alergia, suspenda el uso del
producto.
Si usa aceites esenciales. Estos productos son sustancias químicas naturales altamente concentradas, y por lo tanto presentan algunos riesgos. La mayoría de los aceites esenciales deben diluirse en un aceite vehicular para poder aplicarlos sobre la piel. Algunos aceites, en particular los de cítricos, pueden hacer que la piel se vuelva sensible al sol, y deben evitarse o aplicarse con moderación antes de exponerse. Nunca se debe tragar, ni siquiera probar, un aceite esencial; la mayoría resultan tóxicos cuando se ingieren. Mantenga las botellas y frascos bien cerrados y fuera del alcance de los niños. Finalmente, ante la ingestión accidental de un aceite esencial, no se debe provocar el vómito. Llame a urgencias toxicológicas, o traslade de inmediato a la persona a una guardia médica.