Lea los siguientes
consejos de especialistas para evitar los olvidos, que tantas veces nos alteran
la rutina.
Cuando las personas mencionan que tienen mala memoria, suelen referirse a aquellos aspectos de la memoria que les permiten funcionar en el mundo: recordar citas, dónde dejaron las llaves del auto, ítems en una lista de tareas, plazos de entrega de trabajos e incluso información básica. Podemos tener serias dificultades cuando la memoria nos falla, en especial, si se trata de “recordar” acontecimientos futuros. A una mujer que se olvidó de enviar el pago del seguro médico la dieron de baja del plan. Ese traspié le costó muchísimo dinero de cuentas médicas sin cobertura. Por suerte, la mayoría de los lapsus de memoria son más benignos.
¿Quiere saber algunos trucos para evitar los olvidos?
1. LLEVAR UN REGISTRO
Llaves, anteojos,
teléfono celular, auto en una playa de estacionamiento; si no ha “perdido” uno
de estos artículos el mes pasado, entonces, le está yendo de maravillas. Perder
objetos es normal a cualquier edad, en especial si está bajo estrés. Uno pierde
el rastro de las cosas porque el cerebro es increíblemente eficiente. Cuando
uno realiza tareas de rutina, el cuerpo pasa a piloto automático. Supongamos
que todos los días llega a su casa y deja las llaves en el mismo sitio. Pero si
algo lo interrumpe —el teléfono está sonando cuando abre la puerta—, el cerebro
pone su atención en esa nueva tarea. El piloto automático se desconecta, usted
deja las llaves en algún lado distinto del usual y más tarde tiene que
buscarlas.
2. RECORDAR EL PASADO
La capacidad de activar
recuerdos de acontecimientos pasados disminuye con la edad. El reconocimiento
sigue siendo intenso, pero el recuerdo se debilita. Esta es una distinción sutil,
pero importante. Recordar es la capacidad de activar un recuerdo por el solo
hecho de pensar en él. El reconocimiento es la capacidad de recordar cuando nos
dan una pista. Por ejemplo, si se le pidiera que nombrara todos los lugares a
los que ha viajado alguna vez, la lista quizá quedaría incompleta. Pero si se
le preguntara si alguna vez ha estado en Egipto, usted sin duda podría
responder por sí o por no. Si quiere recordar sin ayuda, necesita darse pistas.
Esa es una razón por la que la gente compra souvenirs: para que les recuerden
un viaje. En cuanto a la vida cotidiana, podemos usar la imaginación.
3. “RECORDAR” EL FUTURO
El más fastidioso de los
problemas de memoria involucra a la memoria prospectiva: recordar algo que no
ha ocurrido, como una cita o un aniversario. Cuando este tipo de memoria falla,
podemos olvidarnos de tomar la medicación, de comprar leche o de devolver un
DVD a tiempo. El doctor Mark McDaniel, de la Universidad de Washington en Saint
Louis, que es un destacado experto en memoria prospectiva, la llama “acordarse
de recordar”. En lo que respecta al cerebro, estos recuerdos son mucho más
difíciles de activar que otros. Eso se debe al espacio de tiempo que transcurre
entre tener la intención de hacer algo y hacerlo en verdad. Además, no puede
mirar una postal para que le “recuerde” algo que todavía no ocurrió. Sin
embargo, ¡puede escribirse una nota! Aunque todo el mundo tiene fallas en la
memoria prospectiva, se ha demostrado que estos tipos de olvidos tienden a ser
más comunes a medida que envejecemos. Pero la edad no es el único factor
determinante. Se ha comprobado que el estrés, la falta de sueño y los efectos
secundarios de algunos medicamentos influyen en el factor olvido.
4. ESTABLECER RUTINAS
Tal vez, este plan no
seduzca al bohemio espontáneo que hay en usted, pero es más fácil encontrar las
cosas si siempre las pone en el mismo lugar. Pegue un gancho magnético sobre la
heladera para colgar las llaves y designe un cajón o una carpeta para las facturas
impagas, por ejemplo. Como último recurso, ponga una caja en los ambientes que
más usa y destínela como espacio de guardado multipropósito para aquellas cosas
que suele perder.
5. DECIRLO EN VOZ ALTA
Si debe poner un objeto
en un lugar inusual, diga lo que está haciendo en voz alta: “Estoy poniendo mis
anteojos de sol sobre la mesa que está al lado de la puerta”. Todos los canales
sensoriales crean sus propios vínculos neurales con la información. Al dejar
que sus oídos registren la información, aumenta sus posibilidades de recordarlo
más tarde.
6. APROVECHAR LAS NOTAS ADHESIVAS
Esas notas pegajosas han
salvado carreras y evitaron luchas sin cuartel en muchas familias. Tenga un
bloc de notas en cada habitación y pegue un recordatorio donde sea probable que
lo vea. ¿Teme olvidar un libro camino al trabajo? Pegue la nota en la ventanilla
del auto o del lado de adentro de la puerta de entrada. ¿Está preocupado porque
se olvidará de llamar a un amigo? Pegue una nota sobre el teléfono y otra en un
sitio en el que quizá repare durante el día, como sobre el televisor o el
teclado de la computadora.
7. DEJAR QUE LA TECNOLOGÍA RECUERDE POR USTED
Los teléfonos celulares
y otros asistentes personales digitales tienen calendarios que puede programar
para que le recuerden lo que tiene que hacer. Algunos programas de computadora
incluyen una función que le permite crear una nota en la computadora y enviarla
al celular. Cuando aprenda a usar estos sistemas, se preguntará cómo hizo para
arreglárselas sin ellos. Y sí, puede aprender a usarlos. Los investigadores les
han enseñado a personas con significativos problemas de memoria (daños
cerebrales y Alzheimer de leve a moderado) a usar estos aparatos. Solo
asegúrese de tener una copia de respaldo, como un calendario de pared, una
agenda o un disco duro externo.
8. USAR LISTAS DE VERIFICACIÓN
La gente hace listas por una razón: funcionan. Marque cada tarea por hacer una vez que la haya realizado. ¿La ventaja? Si su lista tiene varios puntos, es probable que se remita a ella una y otra vez, lo que refuerza cada vez su recuerdo de las tareas que figuran allí.
9. COLOCAR UN RECORDATORIO VISUAL
Si necesita acordarse de llevar el paraguas, cuélguelo en la manija de la puerta. Algunas personas han tenido éxito con recordatorios tradicionales, como un pedazo de hilo atado alrededor de un dedo o cambiar un anillo de una mano a la otra. La visión de esos objetos puede traerle a la memoria que tiene que recordar algo, y eso puede ser suficiente. Los recordatorios visuales pueden ayudarlo a cumplir sus objetivos. Por ejemplo, si decide comenzar una dieta sana, ponga la avena sobre la mesa la noche anterior. Use indicadores imaginarios. A veces, colocar indicadores visuales es imposible. Si va a un museo y tiene que dejar el paraguas, ¿cómo puede acordarse de llevárselo una vez que se retira? Usando la imaginación. El doctor McDaniel sugiere este consejo: cuando se dé cuenta por primera vez de que necesitará usar la memoria prospectiva, busque puntos de referencia físicos para estimular su memoria. Las puertas son un buen ejemplo, pero puede ser una estatua u otro artefacto permanente. Luego, imagine el artículo junto con el punto de referencia. En el ejemplo del museo, puede imaginar un paraguas abierto que bloquea la puerta de entrada. En algunos estudios, estos indicadores imaginarios resultaron ser tan efectivos como los indicadores externos. Es esencial mencionar que los indicadores imaginarios funcionan mejor cuando se encuentra en un lugar o una situación desconocida y, por lo tanto, es menos probable que esté en piloto automático. Hágalo ahora, no más tarde. Aunque esto no funcione en todas las situaciones, la mejor forma de acordarse de hacer algo es hacerlo mientras está pensando en ello. En lugar de ordenarse a uno mismo acordarse de realizar una llamada, hágalo de inmediato. A menudo, dejar las cosas para más tarde es lo que nos hace olvidar.