¿Quiere saber qué
clase de cosas almacena la memoria? ¿Y cómo ayudar a que afloren los recuerdos?
Lea la siguiente nota y descubra la respuesta a estas preguntas, además de
consejos de los especialistas.
Para mantener la
información por días, meses o hasta años, necesitamos consolidarla en la
memoria de largo plazo. Y aquí van las buenas noticias: nuestro cerebro tiene
una capacidad ilimitada de almacenamiento de memoria de largo plazo. El
archivador nunca se termina de llenar. Por cierto, los recuerdos de largo plazo
pueden desvanecerse y se desvanecerán con el tiempo si uno no los revisa cada
tanto, pero el potencial está allí para recordarlos por siempre. (No es que uno
quiera recordarlo todo. ¿A quién le importa qué color de tinta usó para
escribir la lista de compras en 1993?).
El cerebro almacena tres tipos principales de información de largo plazo.
Palabras, hechos y
números
Cuando uno está luchando
por recordar el nombre de una estrella de cine, la cantidad de metros que hay
en un kilómetro o el autor de Romeo y Julieta, lidia con la memoria semántica.
Acontecimientos
La memoria episódica
—que piensa en episodios— comprende acontecimientos o escenas de su vida.
Almacenar estos recuerdos es natural. No necesita esforzarse por recordar qué
le sucedió al ver a su hija casarse o cómo se sintió el día en que fue aceptado
en la universidad; tan solo lo recuerda. Ciertas escenas estimulantes, —en
particular, algunos hitos de su vida, como el primer beso o el primer día de
trabajo— simplemente nos cautivan; y quedan fijados. También recordamos
experiencias desagradables sin esfuerzo. Nadie se olvida de cuando lo asaltaron
o lo engañaron o lo despidieron, por ejemplo. Y los jugadores de póker son
famosos por recordar con una dolorosa claridad la peor mano que jugaron en su
vida, mientras que, por desgracia, envían sus victorias al basurero de su
historia personal.
Habilidades físicas
Dicen que uno nunca se olvida de cómo andar en bicicleta, y es verdad. Puede agradecérselo a una forma de memoria de largo plazo llamada “memoria procesal o de procedimiento”, también denominada “memoria muscular”. Ella es la responsable de adquirir costumbres y habilidades motoras, como la capacidad de tocar un instrumento, tirar al aro de básquetbol, conducir un auto e incluso atarse los cordones (algo que nunca olvidamos cómo hacer). Estas habilidades se adquieren a través de la práctica. Si alguna vez aprendió a tocar la guitarra, por ejemplo, recordará lo difícil que fue colocar los dedos en posición para tocar un acorde. Pero, al final, luego de horas de práctica, esos movimientos sutiles de la mano se convirtieron en una acción instintiva y sus dedos se colocaron justo en la posición correcta. Incluso, años más tarde, sin práctica, hay grandes posibilidades de que pueda encontrar enseguida el acorde de sol. La memoria muscular está almacenada en todo el cerebro, lo que la vuelve casi inmune a los factores que nos hacen perder recuerdos informativos. Es el motivo por el cual los pacientes con Alzheimer conservan sus habilidades motoras básicas, aun cuando la enfermedad les quita la capacidad de recordar el nombre de un familiar.
Recordamos mejor la información más útil
La información es más
fácil de recordar, cuando envejecemos, si tiene sentido y es útil. En las
pruebas de memoria, los investigadores pidieron a los sujetos que recordaran
listas de números y palabras. Pero el psicólogo Alan Castel, doctor en
Psicología y profesor adjunto en la Universidad de California, Los Ángeles, y
experto en memoria y envejecimiento cognitivo, intentó algo distinto. Les pidió
a sus conejillos de Indias humanos que memorizaran listas de compras y los
precios asociados a cada producto. Los pares eran poco probables (una hogaza de
pan a 9,71 dólares) o probables (una hogaza de pan a 2,19 dólares). Los más
jóvenes superaron a los mayores, ya que recordaron los pares poco probables,
pero los mayores obtuvieron puntos cuando los precios tenían sentido. En
efecto, los adultos han aprendido a compensar el deterioro en la memoria de
trabajo al no perder el tiempo en información inútil. “Se concentran en lo
valioso y desechan el resto”, afirma Castel.
Consejos para la memoria
¿Cuántas veces a la
semana tratamos de recordar un dato que se nos escapa, como dónde pusimos las
llaves del auto? ¡Si solo pudiéramos apretar un botón y acceder a la información
que queremos! Aunque no es tan simple, usted puede ayudarse a recordar mejor si
aplica las técnicas que Natalie Sweet usa con los testigos de delitos. Sweet es
una policía que hace identikits y cada día ayuda a personas a recordar los
suficientes detalles físicos para crear un retrato del sospechoso.
Usted puede beneficiarse
con sus técnicas.
PASO 1 Trate de
relajarse. Sweet elimina la presión al decirle al testigo que el propósito es
acercarse a la persona que recuerda. No se pretende que sea perfecto y nadie
será arrestado sólo sobre la base del identikit. ¡Si pierde su llave, no entre
en pánico! Eso solo empeorará las cosas.
PASO 2 Trate de hacer
memoria, imaginando cada detalle que recuerde. Sweet le da al cerebro del
testigo una oportunidad de “entrar en calor” hablando acerca de todo lo
relacionado con el día del delito, excepto del delito mismo. Por ejemplo, ella
podría pedirle que haga memoria sobre aquel día y que recuerde todo lo que
ocurrió antes de que comenzara el incidente. ¿Recuerda lo que estaba haciendo
antes? ¿Qué ropa llevaba puesta? ¿Cómo estaba el clima? Una vez que el testigo
parece relajado, Sweet le pide que cierre los ojos y empiece a describir qué
recuerda acerca del entorno durante el delito. Ella le pide que mire alrededor
de la habitación y describa todo lo que ve, como lo que colgaba de las paredes,
el tipo de iluminación y el color de las paredes. Cierre los ojos y trate de
recordar la última vez que tuvo sus llaves. ¿Estaba volviendo de una cita? ¿Qué
ropa llevaba puesta? ¿Llovía?
PASO 3 Finja ser un
espectador. Los recuerdos de cualquier incidente pueden ser bloqueados por
emociones como el miedo o el enojo. Por eso, Sweet trata de que el testigo
imagine la escena tal cual lo haría un espectador. “Los saco de la posición en
la que hayan estado: víctima o testigo”, dice Sweet. “Les digo que piensen como
si estuviesen parados afuera mirando hacia adentro, filmando lo que sucede o
mirándolo por la tele. Eso los ubica en un estado mental distinto, con una
perspectiva diferente”. Si usted tenía sus llaves cuando entró en la casa,
imagine que se ve a usted mismo entrando a la casa. ¿Están las llaves en su
mano? ¿Entró directamente o se detuvo en el buzón?
PASO 4 Sea flexible mientras trata de recordar. Nuestros cerebros tienen habilidades para revisar los recuerdos, hacia adelante, hacia atrás, desde arriba y en imagen congelada. Los recuerdos están ahí y son accesibles, pero, a veces, tenemos que ser flexibles en la manera en que los buscamos. Luego de que el testigo describe la escena y lo sucedido, Sweet le pide que retroceda otra vez y “rebobine” la película mental hasta el momento donde tenga la imagen más clara del sospechoso. Cuando tiene esa imagen, le pide que la congele en su mente. Repita el incidente hacia atrás y hacia delante hasta que su mente encuentre una pista que lo guíe a la imagen crítica: dónde puso sus llaves.
PASO 5 No se apresure. Deje que el recuerdo venga a usted. El proceso de crear un identikit tarda dos horas en promedio. En general, usted no puede apresurar la memoria y esperar buenos resultados. En algún momento, usted recordará dónde puso sus llaves. ¡Tenga paciencia!