La música, compañera del hombre desde tiempos
inmemoriales, también sirve de alivio frente a algunas dolencias.
Puede creerlo o no, pero está comprobado:
cantar o tocar un instrumento sirve para evitar los ronquidos.
Cante a viva voz
Cuando 20 personas que
roncaban de manera crónica practicaron técnicas de canto que moldeaban los
músculos de la garganta, sus ronquidos disminuyeron, informan los científicos
de la Universidad de Exeter, en Inglaterra. Los sujetos del estudio acordaron mantener
grabadores que se activan con la voz durante una semana antes y después de sus
tres meses de sesiones de canto diarias de 30 minutos.
Cantar a grito pelado todas sus canciones
favoritas no funcionará. Los ejercicios adecuados, como tararear enérgicamente
melodías conocidas, fortalecen los músculos que sostienen el paladar blando, el
tejido de la parte posterior de la boca que vibra si uno ronca. La página www.singingforsnorers.com
(en inglés) ofrece programas de ejercicios para este fin.
Toque un instrumento de viento
Cuando 25
roncadores de una clínica del sueño suiza comenzaron a tocar el didgeridoo, un
antiguo instrumento de viento australiano que parece una rama larga y hueca, su
somnolencia durante el día mejoró en un 12 por ciento y el ronquido disminuyó
en un 22 por ciento. ¿No logra conseguir un didgeridoo? ¡Saque del armario ese
viejo clarinete, flauta o tuba y póngase a soplar!