Ya sea en un gran jardín o en un reducido balcón, tener plantas siempre es posible y además brindan calidez. Siga estos consejos
Plantar un arbusto
Los arbustos son la columna vertebral del jardín. Es mejor plantarlos en otoño, mientras están inactivos, o al principio de la primavera antes de que broten. A excepción de los amantes de los ácidos como las azaleas y los rododendros, todos los arbustos, incluidas las rosas, se beneficiarán del agregado de gránulos que contengan hongos micorrícicos, los cuales fomentarán el crecimiento de las raíces. Seguí las instrucciones del fabricante y asegurate de que las raíces y los gránulos estén en contacto.
Antes de plantar Prepará una mezcla de plantado de 2,5 litros, con estiércol bien arraigado y abono para jardín además de 100 g de harina de hueso esterilizada. Cavá sobre el área de plantado a la profundidad de la pala, quitando todas las malezas perennes. Tené listo un poco de abono para cubrir la tierra alrededor del nuevo arbusto.
Al plantar La mayoría de los arbustos se compran en recipientes, pero también se pueden obtener de raíz. Antes de comprar arbustos en recipientes, quitalos de la maceta y verificá que haya varias raíces blancas alrededor del cepellón.
1 Cavá un agujero con la profundidad del cepellón de la planta, pero un poco más ancho. Cuando coloques la planta en el agujero, la base de su tallo debería estar al mismo nivel que la tierra circundante.
2 Regá la planta y quitá su contenido, si corresponde. Si las raíces están enredadas alrededor del cepellón, desenredá algunas de las raíces exteriores para que se establezcan más rápidamente en la tierra circundante.
3 Tomá la planta del tallo, y sosteniendo el cepellón, colocala en el orificio. Llená el orificio hasta el tope con la mezcla de plantado y pisala con firmeza. Cubraí hasta arriba y pisala otra vez; luego, regá ligeramente.
Plantar bulbos para dar color
Elegidos cuidadosamente, los bulbos le darán color al jardín todas las temporadas. Muchos bulbos de primavera se esparcirán naturalmente sobre el césped, pero también son ideales para arriates y recipientes.
Plantar bulbos en un arriate
1 Cavá un hoyo de siembra lo suficientemente grande para un macizo de bulbos, o usá un desplantador fino para hacer hoyos individuales para cada bulbo. Cuando plantes un grupo de bulbos –y esto te dará la mejor vista– asegurate de que estén espaciados por lo menos en su propio ancho. Dales más espacio a las especies que se multiplican, como los jacintos de uva y azafrán. Para un efecto natural, plantá en grupos informales y no en estructuras simétricas o en hileras reglamentadas.
2 Desparramá harina de hueso en la base del hoyo para darle un buen comienzo a los bulbos, puntealos y regá la tierra. Incorporá arenisca si la tierra está pesada.
3 Cubrí los bulbos de a poco con tierra, prestando atención de no tirarlos. Afirmá la superficie y marcá el área, para no enterrar los bulbos por casualidad.
En el césped
Tirá un puñado de bulbos desde la altura de la cintura; luego, plantalos donde se posen usando un desplantador fino o un plantador de bulbos cilíndrico. O cortá el contorno de una gran H con una pica y pelá el césped. Punteá en la harina de hueso si desea; luego, plantá los bulbos firmemente antes de reemplazar el césped.
En macetas
Llená una maceta grande con bulbos para una exposición deslumbrante. Usá material de relleno y unos puñados de arenisca para mejorar el drenaje.
Cultivar flores en macetas
Las flores cultivadas en macetas crecen más y requieren menos mantenimiento que en bordes de canteros. También, puede agrupar distintas plantas, para lograr un efecto multicolor.
Primero, elegí una maceta. Si es muy pequeña, rápidamente se llenará de raíces; si es muy grande, se producirá encharcamiento. El plástico retiene mejor el agua que la terracota, que debe tratarse para que sea resistente a heladas. Luego, utilizá el abono. El abono para macetas contiene nutrientes y compuestos para la retención de agua, que reducen el mantenimiento mientras vos no estás.
1 Llená la maceta una décima parte de su altura, con material de drenaje. Utilizá grava gruesa, pedazos de terracota o bandejas de poliestireno para plantas. Verté abono hasta llenar dos tercios de la maceta y presionalo con los dedos. Si utilizás una maceta grande, regala de inmediato.
2 Organizá las plantas en sus macetas individuales hasta encontrar la distribución definitiva. Luego, plantalas comenzando por la más grande. Colocalas en la maceta grande, a la misma profundidad que estaban en las macetas individuales.
3 Agregá abono mientras plantás las flores y dejá 2,5 cm entre la superficie acabada y el borde de la maceta. Presioná el abono alrededor de las raíces.
4 Regá las plantas cuidadosamente y colocá la maceta donde gustes. Recordá dejar los agujeros de drenaje libres, para evitar que se anegue.
Creá un jardín de especias y plantas aromáticas
El fragante jardín de nudos, un favorito en la época isabelina, es apreciable en gran o pequeña escala. En los setos más bajos puede cultivar hierbas aromáticas como romero, tomillo, salvia y manzanilla.
Diseño Hacé un diseño a escala sobre una hoja cuadriculada y marcá las medidas y elección de plantas. El jardín debe tener una extensión mínima de 2 m cuadrados, o 3 m de diámetro si es un diseño circular.
Plantas Seleccioná diversos tipos de plantas, incluso plantas arómaticas como las lavandas inglesas. Otras buenas alternativas son el romero, tomillo, el camedrio, el hisopo y la lavanda de hojas grises. También podés agregar salvia de color púrpura o berberis del mismo color.
Preparación y sembrado Remové la tierra y agregale mucho abono. Utilizá estacas e hilos para delimitar su diseño. Colocá las plantas en su lugar y dales espacio para que crezcan. Aquellas que se ‘crucen’ deben estar alineadas. Las plantas de maceta necesitan de 30 a 35 cm de distancia entre una y otra; la lavanda y el tomillo, de 30 a 45 cm. Regalas bien. Rellená los espacios con grava.
Guiar y cuidar Recortá las plantas que crecen ‘abajo’ en los puntos de cruce y dejá que las ‘superiores’ crezcan con continuidad. Lográ el efecto nudo al permitir que las plantas en las líneas superiores sean más altas que el resto.
Hacé un macetero de ventana
La ventaja de hacerlo vos mismo es que vas a poder diseñarlo a medida, de acuerdo con el espacio del que dispongas. Antes de rellenarlo, sujetá el macetero a la pared con soportes metálicos.
Necesitás Madera contrachapada de exteriores cortada a medida, broca para madera, un listón de 25 mm x 25 mm, cinta métrica, un lápiz, adhesivo de exterior para madera, tornillos, un destornillador, abrazaderas, cartón, una sierra, conservante de madera, pintura.
1 Determiná las dimensiones que necesitás y, luego, comprá la madera contrachapada cortada a medida. Utilizá la broca para hacer los orificios de drenaje en la base.
2 Medí y cortá dos listones largos para soportar la base y dos listones cortos para las esquinas internas. Para sujetar los listones utilizá el adhesivo y los tornillos. Hacé orificios piloto y de paso. Perforá estos últimos para que los tornillos queden a nivel.
3 Fijá los listones a los bordes internos (delantero y trasero) de la base. Armá la parte trasera con abrazaderas (utilizá cartón para evitar que estas dañen la madera) y ensamblá los dos extremos con tornillos. Repetí el mismo método con la parte delantera.
4 Con una sierra, hacé una ranura de 25 mm x 25 mm en cada esquina de la base y colocala sobre los dos listones largos. Aplicá conservante para madera dentro y fuera de la caja y, luego, pintala.
Disfrutá del macetero de ventana
Hora de plantar Primero, agregá a la composta fertilizante de difusión lenta y granos de gel para retener el líquido. Para obtener un mayor impacto, combiná geranios rojos con una hiedra o petunias color pastel y una flor de papel de hojas plateadas. Para ventanas orientadas al norte, elegí helechos o alegrías del hogar Colocá una buena cantidad de plantas.
Mantenimiento Colocá una medida de fertilizante líquido cada tres o cuatro semanas, a medida que las plantas crezcan.
Regá con frecuencia y cerca de las raíces. Si vivís en un departamento o si el macetero da a la calle, colocá debajo de este una bandeja escurridora.