Este objeto cotidiano a veces no recibe la atención que
merece.
Fuente: thespruce.com
Despojarse a tiempo de todo aquello que ya no nos sirve o
que no usamos es todo un aprendizaje. Por un lado, muchas personas tienen algún
rasgo “acumulador” y, por otro, el vértigo cotidiano muchas veces no nos
permite reparar en cada objeto que nos rodea.
Pero lo cierto es que en todos los hogares suele haber
ciertas cosas que, si bien hace tiempo dejaron atrás su momento de esplendor,
continúan allí dando vueltas (tal vez sean las esponjas para lavar los platos
para algunos o un juego de sábanas para otros), tal como plantea este artículo
publicado en el portal Thespruce.com.
Las toallas son un buen ejemplo de este tipo de
artículos, ya que muchos se niegan a aceptar que su hora ha llegado. Si los
pequeños rectángulos absorbentes no se ven harapientos, ¿para qué
reemplazarlos?
En realidad, por varios motivos. Las toallas no funcionan
tan bien cuando son demasiado viejas y ya secarse después de tomar un baño o
limpiar las mesadas con repasadores de cocina viejos se vuelve cada vez más
difícil.
Además, pueden alojar una gran cantidad de bacterias. Si
bien es posible extender su vida útil, esta tarea comienza con un buen
mantenimiento y cuidado. Por ejemplo, las toallas que utiliza en el baño
deben lavarse cada tres o cuatro días, mientras que los repasadores de la
cocina necesitan limpieza más frecuente. Después de lavarlas asegúrese de
colgarlas para que se sequen luego de cada uso y no las deje plegadas o
amontonadas en una pila, ya que pueden desarrollar olor a humedad.
Y recuerde, aún habiendo tratado a esas toallas con amor,
siempre llega el momento de decirles adiós y renovarlas. Aquí, algunas
recomendaciones para saber exactamente cuándo es tiempo de cambiarlas.
3 motivos para renovar las toallas
1. LAS TOALLAS ESTÁN DEMASIADO ÁSPERAS
La aspereza no es solo una característica incómoda en una
toalla. La falta de suavidad es, en realidad, un claro indicador de que la
toalla es demasiado vieja. En el ámbito del baño, cuando las toallas no se
sienten esponjosas, es momento de conseguir unas nuevas. Con el paso del
tiempo, las toallas pueden volverse rasposas si se lavan con mucho jabón.
Desafortunadamente, no hay nada por hacer en este caso.
¡Esas toallas están perdidas! Es hora de reemplazarlas por toallas nuevas
que se sientan suaves y espléndidas sobre la piel. Es preferible invertir
en opciones de calidad y controlar la cantidad de jabón que usa en los lavados.
2. LAS TOALLAS YA NO SON ABSORBENTES
¿Los platos quedan mojados con el repasador o le cuesta
trabajo secarse con la toalla después de tomar una ducha? Eso significa que ese
repasador y esa toalla ya no sirven. Cuando ya no pueden cumplir el objetivo
para el que fueron diseñados, realmente no tiene sentido conservarlos,
según afirma este artículo del portal Thespruce.com.
Cuando las toallas son demasiado viejas, pierden
efectividad. Advertirá que debe frotarlas por su cuerpo varias veces y que
comienzan a desarrollar olor; también pueden mostrar señales visuales sobre su
superficie (rasgaduras, marcas, bordes deshilachados, etc.). Un dato: en
términos de cuidado, las toallas colgadas sobre un barral o gancho tienden a
mantenerse mejor que aquellas que se guardan dobladas.
3. LAS TOALLAS SE DESGARRAN Y DESHILACHAN
En el mundo de las toallas, el aspecto “gastado” es un NO
rotundo. Esta es una señal más que evidente, pero cualquier tipo de daño en
el material significa que es hora de comprar toallas nuevas.