Con estos consejos de cuidado, las sábanas de durarán mucho
más en buen estado.
Fuente: elmueble.com
El lavado de las sábanas
Toda sábana que se lave en agua fría sufre menos, como
cualquier prenda. Pero el agua fría no termina con algunas bacterias y ácaros.
Lo óptimo: utilizar un programa del lavarropas con una temperatura de entre
40-60 °C. Existen productos específicos para desinfectar tejidos, que se
pueden añadir al lavado (no conviene usarlos con suavizantes, pero lo mejor
es que siga las indicaciones del fabricante en cada caso).
No lave las sábanas con prendas de tejido de punto, porque
estas sueltan pelusas que se adhieren a la tela de las sábanas.
Colgado y secado de las sábanas
Al tender las sábanas, hágalo en un lugar ventilado. Y
evite que les dé el sol directo cuando esté muy fuerte, o quedarán muy
“acartonadas”. Tiéndalas estiradas. Si no tiene espacio suficiente en el
tendedero, entonces dóblelas por la mitad, lo más estiradas posible. Esto también
facilitará el planchado, o evitará que queden tan arrugadas en caso de que no
las planche.
Las sábanas se pueden secar en el secarropa. Para que no
se arruguen demasiado, alíselas y dóblelas bien inmediatamente después de
sacarlas, antes de que se enfríen.
¿Sábanas nuevas? Es
recomendable lavarlas antes de usar. Así evitará dormir sobre una tela algo
rígida debido a restos de apresto o almidón. Plancharlas cuando ya están casi
secas pero ligeramente humedecidas, ayudará a eliminar arrugas.