Esta disciplina originaria de la India ofrece la posibilidad de realizar las posturas tradicionales en el agua y obtener sus beneficios sin riesgo de lesiones.
También llamado “Water Yoga”, el Yoga Acuático une el placer natural que proporciona el agua a los beneficios del Yoga tradicional, que busca el control interno y externo del cuerpo y la mente a través de ejercicios de flexibilidad, meditación, concentración y relajación. Esta disciplina se puede realizar en verano en la piscina, el mar y el río, hasta en la bañera de nuestra casa (con agua templada). También, en invierno en piscinas climatizadas, jacuzzi, etc. Un beneficio particular de realizar yoga en el agua es que no genera riesgos de lesiones, ya que las actividades acuáticas como ésta tienen la ventaja añadida de minimizar el impacto articular y la sobrecarga muscular. Por eso, muchas de las posturas yóguicas indicadas se pueden mantener por un período más prolongado de tiempo que si se realizan en tierra. Aquí te enseñamos algunas posturas básicas que, aunque no sepas nadar, podés practicar:
1. Trukamasana o postura del Triángulo
Abrir las piernas paralelas y extender los brazos a los costados del cuerpo. Doblar uno de los pies y dejar el torso derecho. Endurecer los glúteos, dirigir la mirada hacia el pulgar de la mano opuesta al pie doblado. Inclinar el cuerpo hacia el lado del pie doblado, manteniendo la mirada en el pulgar. Mantener 30 segundos y luego repetir con el otro pie. Beneficios: Refuerza los músculos del abdomen y de las piernas, mejora la capacidad respiratoria y evita deformaciones en la columna. Contraindicaciones: Ciática, artritis, artrosis, rodillas frágiles, afección en la cadera.
2. Utkhatasana o postura de la silla
(Con o sin apoyo en la pared o borde de la piscina) Inhalar y estirar los brazos hacia arriba, con las manos y las piernas juntas. Exhalar, endurecer los glúteos y hacer como si quisiera sentarse en una silla. Mantener durante 30 segundos. Beneficios: Endurece los glúteos, estira los brazos y la cintura. También mejora el equilibrio, fortalece las piernas y combate calambres. Favorece el funcionamiento del corazón. Contraindicaciones: Fragilidad en las rodillas y meniscos; y deformación de la columna vertebral.
3. Vikrasana o Postura del Árbol
De pie, levantar bien los brazos, manteniendo las manos juntas. Llevar uno de los pies a la altura de la ingle o hasta donde se lo pueda subir, y mantener durante 30 segundos. Realizar con el otro pie. Beneficios: Reduce la ansiedad, potencia la lucidez y la estabilidad sobre la actividad cerebral. También fortalece los músculos de las piernas, pies, tobillos, hombros y caderas. Es benéfica para la artrosis cervical y la cifosis.
(Fuente: www.revistabuenasalud.com)