Los daños que produce el sol en la piel no son meramente
estéticos, por lo que es fundamental protegerse.
Fuente: Salud a Diario
Una historia de cuidado de la piel
Dos veces al año me desnudo hasta quedar en ropa interior,
me pongo una bata de papel y me someto a un examen de cuerpo completo en el
consultorio del dermatólogo. Me hago este examen dos veces más a menudo que la
mayoría de la gente, y por una buena razón: mi piel no solo es clara y pecosa,
sino que he tenido una relación poco saludable con el sol, lo que aumenta mi
propensión al cáncer cutáneo. Entre los 15 y los 29 años, cuando fui salvavidas
e instructora en un campamento, pasé casi todos los veranos al aire libre. Al
igual que mis compañeras, quería alcanzar el bronceado perfecto. Usaba filtro
solar, pero con un FPS (factor de protección solar) de apenas 4, que ofrecía
muy poca protección comparado con lo que los médicos recomiendan hoy. Ahora
estoy pagando el precio. En los últimos diez años me han extirpado varios
lunares de aspecto sospechoso. Hace poco, mi dermatólogo me envió a una
sesión de fotos de cuerpo completo para documentar mis lunares, en caso de que
cambiaran. No estoy sola. Incontables personas en todo el mundo no se
protegen bien de los rayos ultravioleta (UV) del sol durante su juventud.
Hace décadas, los médicos no insistían mucho en la protección solar, y los
investigadores no sabían que los rayos UV causan cambios en la piel que
pueden derivar en un melanoma, la forma más letal del cáncer de piel.
El melanoma, un enemigo al acecho
“Se cree que la principal razón del aumento de los casos
de melanoma es una mayor exposición a los rayos UV y a las fuentes de
bronceado artificial”, dice John J. DiGiovanna, dermatólogo e investigador del
Instituto Nacional de Cancerología de los Estados Unidos. Se calcula que se
presentan 2,2 casos cada 100.000 habitantes. Las personas que corren mayor
riesgo son las de piel blanca, en especial las pelirrojas y pecosas. El
peligro aumenta después de los 40 años, en particular entre los amantes del
sol. Muchos expertos se han referido al aumento de la incidencia como una
epidemia. “Yo no diría que es una epidemia de melanoma, sino de cáncer de
piel”, dice Reinhard Dummer, director del Centro de Cáncer Cutáneo del Hospital
Universitario de Zúrich. “Se espera que en Suiza una de cada cinco personas
desarrolle cáncer de piel en algún momento”. Los cambios culturales ocurridos
en las últimas décadas podrían tener la culpa. Los trajes de baño se han
achicado, y las vacaciones en la playa se han vuelto más comunes, así que los
pálidos oficinistas se exponen más a la luz solar intensa durante períodos
cortos. “El transporte aéreo de bajo costo y la posibilidad de pagar viajes en
cuotas ha permitido a la gente tener vacaciones de una semana en sitios de
clima más cálido y soleado”, dice Alex Menzies, oncólogo del Instituto del
Melanoma de Australia, país que tiene la tasa más alta de melanoma en el mundo.
¿Se pueden revertir los daños del sol?
“La exposición intermitente al sol con quemaduras es un
riesgo importante de melanoma”. Pero aun si se ha expuesto al sol a lo
largo de décadas, hay maneras de revertir los daños. Son las que describimos a
continuación:
Tratamiento oportuno. Cuanto más rápido se diagnostique
el melanoma, mayores son las probabilidades de curación. La cirugía es la
primera opción de tratamiento. “Si se descubre a tiempo un lunar que presenta
cambios, puede tener una esperanza de vida prácticamente normal”, afirma el
doctor Girish Patel, director del Programa de Investigación sobre el Cáncer de
Piel con Células Madre de la Universidad de Cardiff, en el Reino Unido. Hacerse
exámenes de la piel con regularidad y extremar los cuidados para limitar los
daños causados por el sol aumenta las probabilidades de curación. Desde que
a Imogen Cheese, de 37 años, de Gloucestershire, Inglaterra, le diagnosticaron
melanoma en etapa II, en 2013, sus médicos la examinan cada tres meses. “Me
cubro para evitar el sol del mediodía”, dice. “Uso filtro solar con FPS alto,
hago ejercicio y llevo una dieta sana y equilibrada”. Hasta el momento, su
cáncer no ha avanzado.
Terapia dirigida: Los investigadores han hecho grandes
avances en el tratamiento del melanoma avanzado. Uno de ellos es la terapia
dirigida, opción para pacientes en etapa IV que presentan mutaciones genéticas
específicas. Los investigadores del melanoma en Australia se han dedicado a
estudiar la terapia dirigida desde sus inicios, hace unos siete años. “Hacemos
pruebas en los tumores para ver si hay mutaciones en ciertos genes”, dice
Menzies. “Hemos administrado terapia dirigida para atacar la mutación BRAF, que
está presente en alrededor del 50 por ciento de los tumores. Si les recetamos
fármacos contra el melanoma con la mutación BRAF, casi todos los pacientes
muestran una disminución del tumor. El cáncer se mantiene bajo control por
un año, en promedio, y la tasa de supervivencia de 12 meses ha aumentado de 30
a 70 por ciento en un lapso de cinco años”. Un lustro después de que le
extirparon un melanoma en etapa IV a John Ambrose, de 67 años, de Nueva Gales
del Sur, Australia, empezó a toser sangre. El cáncer se le había extendido a
los pulmones, y su pronóstico era malo. Se unió a un ensayo clínico de terapia
dirigida en 2013, y al cabo de tres meses sus tumores se achicaron en un 70 por
ciento. Dieciocho meses después, sus exámenes salieron limpios. Hoy día John
viaja, juega golf y pasa tiempo con sus nietos. “Mi situación no me ha impedido
llevar una vida normal”, afirma. Jesse Thomas, residente de Texas de 57 años,
también se benefició de la terapia dirigida luego de que, en 2013, le
descubrieron un melanoma en etapa IV y tumores en el cuello, el hígado y la
columna vertebral. Una prueba genómica reveló que tenía una mutación poco
frecuente, la V600K BRAF, y su oncólogo consiguió identificar una terapia
dirigida para él. “Esperábamos que el melanoma dejara de crecer, pero más bien
se achicó — asegura Jesse—. No hay forma de curarlo, pero sí de controlarlo”. La
terapia dirigida es solamente para enfermos de cáncer en etapa IV, pero los
investigadores ya estudian sus efectos en pacientes en etapa III. “Dentro de
dos años podremos saber si estos tratamientos dan resultado”, dice el doctor
Haanen.
Inmunoterapia: Los investigadores han logrado estimular
las células T del sistema inmunitario de algunos enfermos para combatir el
melanoma, con resultados sorprendentes. “Las células T aniquilan los virus y
otros microbios, pero en el caso del cáncer se asientan alrededor del tumor,
latentes”, explica Menzies. “Saben que es un cuerpo extraño, pero el tumor las
desactiva para que no lo destruyan. Los fármacos inmunológicos activan las
células T para que maten el tumor”. Los investigadores del melanoma consideran
la inmunoterapia el mayor avance en décadas. Gracias a ella, dice Menzies,
“el melanoma podría volverse una enfermedad crónica, y mucha gente no morirá a
causa de ella en el futuro cercano si seguimos el camino por el que vamos”.
Aunque la inmunoterapia no funciona para todo el mundo, puede ser muy eficaz.
“En el 45 por ciento de las personas que responde a ella, la mejora puede
mantenerse durante períodos muy largos”, dice el doctor Patel. En 2013, Vicky
Brown, residente de Cardiff, de 62 años, se sorprendió al saber que un
abultamiento que tenía en un seno no era cáncer, sino melanoma. Había tenido un
cáncer de piel en etapa I en 2006, que le reapareció en el pecho y los
pulmones. A través de un ensayo clínico, Vicky recibió dosis intravenosas de
dos fármacos inmunológicos. En cuestión de semanas sus tumores se redujeron.
Suspendió la medicación debido a los efectos secundarios, pero mantuvo el
melanoma a raya durante un año. En 2015, luego de que le aparecieron nuevos
tumores en los pulmones, recibió más inmunoterapia. Los fármacos achicaron los
tumores otra vez. “Espero que estas dosis me den más tiempo”, dice Vicky. “Mi
nieto ya tiene nueve meses de nacido. Quiero dejarle algunos recuerdos, al
igual que a mi nieta de cuatro años”. Los investigadores están trabajando para
hacer que más pacientes respondan bien al tratamiento. “La idea es muy clara:
si podemos hacerlo en unos pocos, debemos ser capaces de hacerlo en la
mayoría”, señala Patel.