Una vez que aparecen, las arrugas parecen haber
llegado para quedarse. ¿Se las puede eliminar? ¿Qué contienen las cremas que
prometen hacerlo?
Las
arrugas son como el tejido de las cicatrices: una vez que se forman solo pueden
quitarse por completo con cirugía. La mayoría de los productos que aseguran
reducir su apariencia lo hacen rellenando grietas, pero no tienen un efecto
real sobre la piel. No hay que esperar milagros. Sin embargo, una buena crema
antiarrugas puede ser una parte efectiva de su rutina.
Las cremas que contienen ingredientes activos (llamados “cosmecéuticos”) son de venta libre. Las clínicas de cosmética suelen tener productos más concentrados. Allí le examinarán la piel para indicarle el producto más adecuado para sus condiciones.
Los cosmecéuticos comerciales suelen tener uno o más de los siguientes ingredientes:
- Péptidos: miniproteínas que estimulan la piel para que produzca más colágeno.
- Ácidos frutales o alfahidroxiácidos: mejoran la suavidad y sensación de la piel.
Deben ser indicados por un médico porque a veces causan irritación.
- Antioxidantes:
productos con vitaminas C y E que ayudan a prevenir arrugas barriendo los
radicales libres producidos por el sol.
- Coenzima Q10: una sustancia semejante a una vitamina, que tiene propiedades antioxidantes.
- Retinol: un poderoso derivado de la vitamina A, se usa desde 1960 para tratar el acné. Puede ayudar a revertir las arrugas: aumenta la producción de células, atenúa manchas y fomenta la formación de colágeno.
¿Qué es lo nuevo en productos antiarrugas?
Una compañía biotecnológica islandesa pudo reproducir en forma natural el factor de crecimiento epidérmico (FCE) a partir de la cebada. En el cuerpo humano, el FCE acelera la renovación celular dentro de la piel y mantiene y repara las células. Sin embargo, a medida que envejecemos, lo producimos en menor cantidad. Una o dos gotas de FCE producido con biotecnología (genéticamente modificado) demostró ser una fórmula exitosa, que brinda más luminosidad y menos arrugas.