Un grupo de científicos estudia un tipo de bacteria
intestinal que mejora la resistencia a la insulina.
La insulina es una hormona liberada por el páncreas en respuesta
al azúcar en sangre. Normalmente, ayuda a que el azúcar llegue a los músculos y
al hígado para que puedan utilizar la energía. Cuando alguien desarrolla resistencia
a la insulina, significa que la insulina no puede hacer su trabajo y, como
resultado, permanece más azúcar en la sangre y el páncreas continúa produciendo
más insulina. La resistencia a la insulina puede provocar obesidad,
prediabetes y diabetes de tipo 2 en toda regla.
Por otra parte, los intestinos contienen billones de
bacterias, muchas de las cuales descomponen los carbohidratos que comemos
cuando, de otro modo, no serían digeridos. Si bien muchos han propuesto que
este fenómeno está relacionado con obesidad y la prediabetes, los hechos aún no
están claros porque hay muchas bacterias diferentes y faltan datos metabólicos.
La bacteria intestinal que mejora la resistencia a la insulina
Por todo lo anterior es muy relevante que investigadores,
dirigidos por Hiroshi Ohno en el Centro RIKEN de Ciencias Médicas Integrativas (IMS)
en Japón, han descubierto un tipo de bacteria intestinal que podría ayudar a
mejorar la resistencia a la insulina y, por tanto, proteger del desarrollo de
la obesidad y la diabetes de tipo 2.
Menos azúcar en la sangre
Para ello, estudiaron las heces de más de 300 adultos.
“Descubrimos que una mayor resistencia a la insulina se asociaba con un
exceso de carbohidratos en la materia fecal”, dice Ohno, “especialmente monosacáridos
como glucosa, fructosa, galactosa y manosa”.
Además, los intestinos de las personas con mayor
resistencia a la insulina contenían más bacterias del orden taxonómico Lachnospiraceae
que de otros órdenes. Además, los microbiomas que incluían Lachnospiraceae se
asociaron con un exceso de carbohidratos fecales.
Por otro lado, la resistencia a la insulina y los niveles de
monosacáridos fueron más bajos en los participantes cuyos intestinos contenían
más bacterias de tipo bacteroidales que otros tipos.
A continuación, estudiando ratones obesos, el equipo
observó cómo el tratamiento con diferentes bacterias afectaba los niveles de
azúcar en sangre. Descubrieron que Alistipes indistinctus reducía el
azúcar en sangre y reducía la resistencia a la insulina y también la cantidad
de carbohidratos disponibles para los ratones.
Estos resultados fueron compatibles con los hallazgos en
pacientes humanos y tienen implicaciones para el diagnóstico y el tratamiento.
Como explica Ohno, “debido a su asociación con la resistencia a la insulina,
la presencia de la bacteria intestinal Lachnospiraceae podría ser un buen
biomarcador de la prediabetes. Del mismo modo, el tratamiento con
probióticos que contienen A. indistinctus podría mejorar la intolerancia a la
glucosa en personas con prediabetes”.
Aunque la mayoría de los probióticos de venta libre
actualmente no contienen las bacterias identificadas en este estudio, Ohno
recomienda precaución en caso de que estén disponibles. “Estos hallazgos deben
verificarse en ensayos clínicos en humanos antes de que podamos recomendar
cualquier probiótico como tratamiento para la resistencia a la insulina”.