Las consecuencias
que tiene la obesidad en todo el organismo siguen aumentando.
En los Estados
Unidos, alrededor del 74 % de los adultos mayores de 20 años tienen sobrepeso u obesidad y, de esa cifra, casi el 42 % padece obesidad. El sobrepeso y la
obesidad no solo son enfermedades complejas, sino que los médicos e
investigadores siguen descubriendo cómo pueden influir en la salud, desde la
cardíaca y musculoesquelética hasta el riesgo de padecer enfermedades como el
cáncer. Una nueva investigación publicada en la revista Surgery muestra que la
obesidad también se asocia a un mayor riesgo de complicaciones tras una
intervención quirúrgica, como infecciones, coágulos sanguíneos y complicaciones
renales. “Tenemos que seguir reconociendo que el sobrepeso y la obesidad
pueden tener repercusiones médicas que no se limitan a las cardiopatías, la diabetes y la insuficiencia hepática”, dice el investigador Robert Meguid, profesor
de Cirugía Cardiotorácica en el Departamento de Cirugía de la Universidad de
Colorado (EE. UU.). “También pueden hacer que la recuperación de la cirugía sea
más difícil”, y es un elemento más “en el debate de la salud pública frente a
la obesidad”.
Riesgo tras la cirugía
Utilizando datos
extraídos del Programa Nacional de Mejora de la Calidad Quirúrgica, Meguid y
sus coinvestigadores estudiaron un conjunto inicial de datos que representaba a
más de 5,5 millones de pacientes, el 44,6 % de los cuales padecía obesidad. Se
centraron en nueve especialidades quirúrgicas, entre ellas la general, la
torácica y la vascular, y compararon las características preoperatorias y los
resultados postoperatorios según las clases de índice de masa corporal (IMC). Descubrieron
que, en comparación con los pacientes de peso normal, los pacientes con
sobrepeso u obesidad presentaban mayores probabilidades ajustadas al riesgo de desarrollar
infección, insuficiencia renal y tromboembolismo venoso, o coágulos sanguíneos
en las venas, tras la intervención quirúrgica. Recuperación dificultosa En
su práctica quirúrgica, Meguid ha observado que el tejido graso intraabdominal extra
puede alargar la duración de las cirugías y hacerlas más complicadas. Los datos
que él y sus colegas analizaron mostraban que los tiempos quirúrgicos eran, de
promedio, seis minutos más largos en los pacientes con obesidad. El sobrepeso y la obesidad también pueden influir en la recuperación inmediata de los
pacientes. “A los pacientes con sobrepeso u obesidad puede resultarles más
difícil levantarse y moverse después de la intervención”, afirma Meguid. “Con
la cirugía pulmonar en particular, deambular después de la cirugía es una parte
crítica de la recuperación. Esto puede mejorar el ánimo del paciente, disminuir
el riesgo de neumonía, mejorar su comodidad y reducir el riesgo de formación de
coágulos sanguíneos, y ayudar a que los intestinos se despierten. Es muy
importante que los pacientes puedan levantarse y caminar después de la
operación, pero puede ser especialmente difícil cuando la obesidad es un
factor”.