Si el dolor de espaldas no lo
deja tranquilo, estos remedios naturales son lo que necesita.
Bromelina
Tome hasta 500 mg de bromelina
tres veces por día con el estómago vacío. Proveniente del ananá, esta enzima
facilita la circulación, reduce la hinchazón y ayuda al cuerpo a reabsorber las
reacciones inflamatorias. Debe tenerse en cuenta que la bromelina es un
diluyente de la sangre, por lo que se desaconseja su uso a quienes tomen
anticoagulantes.
Comprimidos o cápsulas de valeriana
Hay científicos que afirman
que el componente activo de esta hierba interactúa con los receptores
cerebrales para provocar efectos sedantes.
Aunque, por lo general, los sedantes no son recomendables, esta hierba es mucho
más suave que cualquier producto de laboratorio. De hecho, la valeriana puede
ingerirse también en forma de té, aunque su aroma es tan desagradable que es
conveniente usar suplementos.
Árnica contra el dolor
El árnica, en sus presentaciones
de gel o pomada, alivia el dolor y la inflamación muscular. Los homeópatas afirman
que tiene propiedades antiinflamatorias y que ayuda durante el proceso de
convalecencia. Masajee la zona dolorida con árnica dos o tres veces por
día. (No la aplique si hay cortes o heridas en la piel).
Los efectos terapéuticos de la aromaterapia
La inflamación también puede
atenuarse con aromaterapia. Definitivamente,
la inmersión en un baño caliente alivia el dolor. Agregue sales de Epsom
(sulfato de magnesio) para reducir los espasmos musculares y de tres a cinco
gotas de alguno de los siguientes aceites esenciales: romero (para aliviar el
entumecimiento), lavanda (como suave antiséptico), o mejorana (orégano) para
calor y relajación.