Sofocos, aumento de peso,
descenso de la libido… Esos y otros síntomas pueden aparecer en la menopausia.
1. Sofocos: una sensación
súbita de calor que se extiende, especialmente en la parte superior del
cuerpo: la cara, el cuello y el pecho, acompañado de sudoración y
enrojecimiento de la piel.
2. Sudores nocturnos:
semejantes a los sofocos, consisten en despertarse empapada en sudor y tener
dificultades para volver a dormir debido a la incomodidad y la humedad de la
ropa de cama. Algunas de las estrategias para disminuir esta incomodidad
son: usar ropa de cama transpirable, mantener una temperatura fresca en la
habitación, practicar técnicas de relajación, realizar ejercicio regularmente y
evitar ciertos alimentos y bebidas que pueden desencadenar los sofocos, como el
alcohol y las comidas picantes.
3. Cambios de humor: al hablar de cambios de humor nos referimos a las alteraciones
emocionales inesperadas que pueden ir desde una sensación de tristeza o
irritabilidad hasta una sensación de felicidad o euforia. Estos cambios de
humor pueden ocurrir sin una causa aparente y pueden durar desde unos pocos
minutos hasta varias horas. Esto es debido a que la disminución de los niveles
de estrógeno puede afectar la producción de ciertos neurotransmisores en el
cerebro, como la serotonina, que está involucrada en la regulación del
estado de ánimo y el bienestar emocional. Además, otros síntomas de la
menopausia, como los sofocos, la sudoración nocturna y los problemas de sueño,
pueden contribuir al malestar emocional. Se recomienda practicar técnicas de
relajación, mantener un estilo de vida saludable con una dieta equilibrada y
ejercicio regular, dormir adecuadamente y buscar apoyo emocional de amigos
y familiares.
4. Problemas de sueño: consisten en la dificultad para dormir o para
mantener el sueño debido a la incomodidad que ocasionan los sofocos o
sudoración nocturna, puede provocar fatiga durante el día.
5. Sequedad vaginal: la sequedad vaginal se produce cuando los niveles de
estrógeno disminuyen y reducen la lubricación en la vagina, así como la
elasticidad y la humedad en dichos tejidos. Es- to puede provocar incomodidad,
irritación, picazón y dolor durante las relaciones sexuales y también puede
aumentar el riesgo de infecciones vaginales. Además de los cambios hormonales,
otros factores que pueden contribuir a la sequedad vaginal durante la
menopausia incluyen el uso de ciertos medicamentos, como los antihistamínicos,
y factores como el estrés, la ansiedad y ciertos hábitos de estilo de vida,
como el tabaquismo. Existen diversas opciones
de tratamiento para la sequedad vaginal durante la menopausia, como el uso de
lubricantes vaginales y cremas hidratantes específi cas para la zona íntima.
6. Disminución de la libido: la disminución de la libido se refiere a la falta de
interés o deseo sexual, que puede llevar a una disminución de la actividad
sexual y a un descenso de la satisfacción sexual. La disminución de la
libido durante la menopausia puede ser causada por diversos factores, como los
cambios hormonales en el cuerpo de la mujer, la disminución de los niveles de
estrógeno y testosterona, y otros síntomas de la menopausia, como la sequedad
vaginal y el dolor durante las relaciones sexuales. Además, otros factores como
el estrés, la ansiedad y la depresión también pue- den contribuir a la
disminución de la libido. Existen diversas estrategias para manejar la
disminución de la libido durante la menopausia, como hablar con la pareja sobre
las necesidades y deseos sexuales, explorar nuevas formas de intimidad y
sexualidad, y considerar el uso de terapias hormonales para aumentar los
niveles de hormonas sexuales femeninas y mejorar el deseo sexual. También es
importante mantener un estilo de vida saludable, dormir adecuadamente y buscar
apoyo emocional de amigos y familiares.
7. Aumento de peso: los niveles de hormonas sexuales femeninas,
especialmente estrógeno, disminuyen, lo que puede provocar una serie de cambios
en el cuerpo de la mujer. Uno de estos cambios es la redistribución de la
grasa corporal, que puede llevar a un aumento de peso y una acumulación de
grasa abdominal. Además, la disminución de los niveles de hormonas también
puede provocar una pérdida de masa muscular, lo que puede disminuir el
metabolismo y hacer que sea más difícil controlar el peso. Dichos cambios
corporales pueden ser manejados con un estilo de vida saludable. Algunas
estrategias efectivas para manejar estos síntomas incluyen una dieta sana y
equilibrada, realizar ejercicio regularmente, en particular, ejercicios de
resistencia que preserven la masa muscular, y mantener un sueño adecuado.
8. Pérdida de densidad ósea: en general, a cualquier edad, el riesgo de sufrir
pérdida ósea aumenta si existen antecedentes de osteoporosis, si se es de raza
blanca o asiática, si se es delgada o se tiene una constitución corporal
pequeña. Influyen la ingesta de medicamentos esteroides, una dieta baja en
calcio y vitamina D, hacer poco o nada de ejercicio, junto con beber demasiado
alcohol. Pérdida que se da en toda mujer de 65 años o más (pese a que no tenga
factores de riesgo). En la menopausia, el déficit de estrógenos contribuye a
acelerar la pérdida de densidad mineral ósea y la probabilidad de sufrir
osteoporosis o fracturas de huesos. Las mujeres en mayor riesgo son las
posmenopáusicas de menos de 65 años que tienen uno o más factores de riesgo
mencionados (aparte de ser raza blanca o asiática y estar en la postmenopausia)
y todas las mujeres posmenopáusicas que ya hayan sufrido fracturas.