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Los cambios que atraviesa nuestro cuerpo en el embarazo también afectan los músculos del suelo pélvico.

Fuente: Thecoversation.com

Rompiendo el tabú sobre las afecciones del suelo pélvico

Las enfermedades uroginecológicas y sexuales como consecuencia de las alteraciones musculares del periné han ganado visibilidad en los últimos años. En parte, gracias al testimonio transmitido por mujeres populares, como las actrices Kate Winslet y Whoopi Goldberg, o la cantante Katy Perry. Hasta hace poco —y aún ahora en algunos sectores de la población— se ignoraba y silenciaba la sintomatología femenina relacionada con la incontinencia de orina o de gases, las molestias durante las relaciones sexuales o las alteraciones corporales como el prolapso. Sin embargo, en los últimos tiempos ha aumentado la sensibilidad hacia estos problemas, y muchas mujeres son conscientes de que son patologías o síntomas tratables y curables. Eso no impide que siga siendo necesario informar y sensibilizar a la población sobre la importancia de la prevención desde la juventud. Así se conseguirá que las mujeres detecten precozmente alteraciones menores, que se reduzca la incidencia y la prevalencia de estas patologías y, en definitiva, permitirá mejorar la calidad de vida. A la vez que se reducen los gastos del sistema sanitario.

    Suelo pélvico y embarazo

Es de especial importancia la prevención de alteraciones durante el embarazo y posparto. El embarazo, por sí mismo, finalice o no en parto vaginal, representa un factor de riesgo para el desarrollo de patologías relacionadas con el suelo pélvico. La sobrecarga ponderal (es decir, del peso) de la barriga sobre el periné lo debilita progresivamente a lo largo de la gestación. Además, este proceso suele finalizar con la enorme sobreexigencia estructural de la zona que implica la dilatación para el nacimiento del bebé.

A lo que se suma el riesgo de lesión implícito al parto en postura de litotomía (boca arriba), al uso de instrumental médico como fórceps y ventosas, intervenciones como la episiotomía o al desarrollo espontáneo de complicaciones como los desgarros musculares. Para minimizar la incidencia de estos problemas y reducir su gravedad, debieran implantarse de forma generalizada los programas de acompañamiento y preparación física para el embarazo y el parto. La participación activa de fisioterapeutas especializados en obstetricia ofrece a las mujeres embarazadas una orientación en cuanto a la actividad deportiva y al ejercicio físico durante el embarazo y posparto. 

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