Seguramente haya oído que la actividad física pueda mejorar
la diabetes y reducir la dependencia de medicamentos. Descubra si está en lo
cierto aquí.
La actividad física regular no sólo lo ayuda a bajar de peso, quemar grasa y sentirse bien, sino que también puede reducir la
resistencia de las células a la insulina, un problema crucial en la
diabetes tipo 2. Mientras mejor respondan las células a la insulina, menor medicamento
tendrá que tomar. Si ha cumplido con seguir un nuevo plan de actividad física
y sus niveles de glucosa en sangre están cambiando, vale la pena hablar con
el médico sobre reducir el número o la cantidad de medicamentos que toma. Antes
de que el médico acepte hacer cambios en sus medicinas, probablemente estudie su
historial de glucosa sanguínea y vea cómo afectan las diferentes
combinaciones de alimentos, medicamentos y actividad física a su nivel de
azúcar. Mientras más detalles pueda darle al médico sobre cómo se siente en
determinado momento del día, y qué hizo o comió antes de tomar la lectura,
mejor; una lectura alta de azúcar en la sangre después de hacer ejercicio y una
lectura alta después de comer una dona rellena de jalea son cosas distintas.
Si usa insulina, pregúntele al médico si es posible y
cuándo sustituir el ejercicio por una inyección, o al menos reducir la
cantidad de insulina que usa antes de una sesión de ejercicio. Pregúntele cómo
coordinar la actividad física con el consumo de alimentos, basándose en los
niveles de insulina y azúcar en la sangre. De otra forma, corre el
riesgo de tener un nivel de glucosa peligrosamente bajo (hipoglucemia) o
peligrosamente alto (hiperglucemia). Revisar periódicamente el nivel de azúcar
antes, durante y después de la actividad física, lo ayudará a calcular cuándo necesitará
hacer una pausa para tomar un tentempié o cuánto tiempo debe esperar para ejercitarse
después de tomar insulina.