Si incorpora estos hábitos, será más fácil alimentarse de
forma saludable.
1. No saltee el desayuno
Aunque no le guste comer en la mañana, haga el esfuerzo. Esta
conducta repercute favorablemente en todos tus hábitos alimentarios.Quienes desayunan tienden a controlarse más durante el día. Coma algo con alto
contenido de proteína y fibra y bajo contenido de azúcar. Las siguientes son
opciones para mantener el hambre a raya hasta la hora de la comida: huevos
revueltos, pan integral tostado con queso crema descremado o yogur descremado
con cereal.
2. Coma en platos pequeños
¿Su plato está lleno de comida? Está bien siempre y cuando
sea de un tamaño menor al estándar. En un estudio de la Universidad Cornell,
los participantes que utilizaron tazones de cereal grandes consumieron un 16
por ciento más producto que quienes recibieron tazones pequeños. Además, cuando
se les solicitó a los participantes calcular la cantidad de alimento ingerida,
la cifra de aquellos con tazón grande resultó un 7 por ciento menor que la del
grupo de tazón pequeño.
3. Compre productos congelados
Si tiene dudas acerca de la frescura de los productos del
supermercado, le confiamos un secreto: a veces las frutas y verduras
congeladas son más frescas que las que se venden en la sección verdulería.
¿Cómo es posible? Las frutas y verduras congeladas se cosechan cuando están
completamente maduras, y se congelan ese mismo día. El proceso de congelación
cambia un poco la textura, pero casi no se pierden las propiedades nutricionales.
El contenido vitamínico puede reducirse un poco, pero la cantidad de proteínas,
grasas, minerales, fibra y calorías es la misma. Por desgracia, esto solo
sucede con los envases de una sola fruta o verdura, y no con los demás
productos, que abarcan casi la totalidad de la sección de congelados. Se brinda
más espacio a los alimentos altamente procesados o a las comidas preparadas
porque son más redituables para las compañías de alimentos.
4. Busque listas de ingredientes cortas
Cuando encuentre en el supermercado un alimento procesado
con una larga lista de ingredientes en la etiqueta, regréselo al estante y
busque una versión más sencilla. Marion Nestle, profesora de nutrición de
la Universidad de Nueva York, afirma que, casi siempre, entre más corta sea la
lista, mejor.
5. Recuerde revisar las grasas
Sin grasa. Esto no es preciso pues los productos con esta
etiqueta pueden contener hasta 0.15% de grasa. Bajo en grasa. Esto significa
que contiene menos de 1.5% de grasa en líquidos y menos de 3% en comida sólida.
Grasa reducida. Debe haber un mínimo del 25% de reducción de la cantidad normal
del producto. Ingredientes naturales. Grasa y aceite pueden estar aun
presentes. Son completamente naturales, pero no precisamente saludables.
6. Ojo con los azúcares ocultos
Lo que parece saludable, quizá no lo sea. Podría estar
consumiendo snacks que son altos en azúcares y no saberlo. Algunos
productos envasados que parecen alternativas saludables, pero generalmente
contienen cantidades grandes de este componente dulce. Ponga especial cuidado
en: Batidos. En promedio, un batido de tamaño mediano (473 mililitros) comprado
en la calle contiene entre 30 y 80 gramos de azúcar. Mix de frutos secos. El
sentido común indica que tener algunos paquetes de este producto como snack
saludable es buena idea; sin embargo, un cuarto de taza de una variedad
comercial puede contener 16 gramos de azúcar o más.