Según el
índice de masa corporal, la vitamina D podría metabolizarse de forma diferente.
Un nuevo
análisis de datos de un gran ensayo clínico a nivel nacional dirigido por
investigadores de Brigham (que investigó si tomar suplementos de vitamina D u
omega-3 de origen marino podría reducir el riesgo de desarrollar cáncer, corazón
enfermedad o accidente cerebrovascular) entregó evidencia inesperada de que la
vitamina D puede metabolizarse de manera diferente en personas con un índice de
masa corporal (IMC) elevado.
Nutriente esencial
La
vitamina D es un nutriente esencial que interviene en muchos procesos biológicos,
sobre todo ayudando a nuestro cuerpo a absorber minerales, como el calcio y el magnesio. Si
bien parte de la vitamina D que necesitamos se produce en el cuerpo a partir
de la luz solar, las deficiencias de vitamina D a menudo se tratan con
suplementos. La evidencia de los estudios de laboratorio, la investigación
epidemiológica y la investigación clínica también ha sugerido que la vitamina D
puede desempeñar un papel en la incidencia y progresión del cáncer, y en
las enfermedades cardiovasculares. Fue esta evidencia la que impulsó el ensayo original
(llamado VITAL). En el nuevo estudio, los investigadores analizaron datos de
16.515 participantes del ensayo original que proporcionaron muestras de sangre al
inicio (antes de la aleatorización a la vitamina D), así como 2.742 con una
muestra de sangre de seguimiento tomada después de dos años. Los
investigadores midieron los niveles de vitamina D total y libre, así como
muchos otros biomarcadores novedosos para la vitamina D, como sus metabolitos,
el calcio y la hormona paratiroidea, que ayuda al cuerpo a utilizar la vitamina
D.
Resultados del estudio sobre vitamina D
Los
investigadores encontraron que la suplementación con vitamina D aumentó la
mayoría de los biomarcadores asociados con el metabolismo de la vitamina D
en las personas, independientemente de su peso. Sin embargo, estos aumentos fueron
significativamente menores en personas con IMC elevados. “Observamos
diferencias sorprendentes después de dos años, lo que indica una respuesta
atenuada a la suplementación con vitamina D con un IMC más alto”, dice Deirdre K.
Tobias, epidemióloga asociada en la División de Brigham de Medicina. “Esto
puede tener implicaciones clínicas y podría explicar algunas de las diferencias
observadas en la efectividad de la suplementación con vitamina D según el
estado de obesidad”. “Este estudio arroja luz sobre por qué estamos viendo reducciones
del 30 al 40 % en las muertes por cáncer, enfermedades autoinmunes y otros
resultados con la suplementación con vitamina D entre las personas con un
IMC más bajo, pero un beneficio mínimo en las que tienen un IMC más alto, lo
que sugiere que es posible lograr beneficios en toda la población con dosis más personalizadas de vitamina D”, dice JoAnn E. Manson, jefa de la División de
Medicina Preventiva en Brigham e investigadora principal de VITAL. “Estos
matices dejan en claro que hay más que descubrir de la vitamina D”.