Aunque se conocen los daños del sol sobre el organismo, es
fundamental contar con la vitamina D necesaria.
Fuente: Salud a Diario
La mayoría de nosotros pasamos casi todo el tiempo en
interiores. En los años del raquitismo y tuberculosis, los médicos de toda
Europa y América del Norte comenzaron a promover el baño de sol en todo el
cuerpo. La fototerapia surgió rápidamente como un tratamiento médico popular
no solo para la tuberculosis, sino también para los trastornos reumáticos, diabetes, gota, úlceras crónicas y heridas. El beneficio más conocido de la
luz solar es su capacidad para aumentar el suministro de vitamina D del
cuerpo; la mayoría de los casos de deficiencia de vitamina D se deben a la
falta de exposición al sol y al aire libre. La Vitamina D3 (1,25 [OH] D),
regula genes que gobiernan prácticamente todos los tejidos del cuerpo,
incluidos varios involucrados en el metabolismo del calcio, neuromuscular y el
funcionamiento del sistema inmune.
¿Cómo funciona la vitamina D en nuestro cuerpo?
A diferencia de otras vitaminas esenciales, que deben obtenerse
de los alimentos, la vitamina D puede sintetizarse en la piel a través de
una reacción fotosintética desencadenada por la exposición a la radiación UVB.
Este proceso, sin embargo, puede verse afectado por la ropa, el exceso de grasa
corporal, el protector solar y el pigmento de la piel melanina. La
fotosíntesis inicial produce vitamina D3, la mayoría de las cual experimenta
transformaciones adicionales a nivel celular. La principal conversión tiene
lugar en el hígado (una de sus casi 1.000 funciones, por eso es tan importante
mantenerlo sano). Otro conjunto de transformaciones ocurre en el riñón y otros
tejidos, formando una vitamina es en realidad una hormona, químicamente similar
a las hormonas esteroides, a cargo de la absorción y flujo del calcio y
fósforo. La función fisiológica fundamental de la vitamina D es mantener los
niveles séricos de calcio y fósforo dentro del rango fisiológico normal para
apoyar la mayoría de las funciones metabólicas, la transmisión
neuromuscular y la mineralización ósea
¿Qué es lo recomendable para obtener vitamina D?
La investigación sugiere que solo 120 minutos (es decir, dos
horas) por semana se asocian con buena salud y bienestar. Los beneficios van
desde mejorar nuestro estado de ánimo hasta sentirnos más enérgicos. Si no
salimos lo suficiente al aire libre, nuestro cuerpo lucha por obtener
suficiente luz solar para producir vitamina D. Siempre que sea posible,
tratemos de exponernos al menos 10 a 15 minutos sin protección al sol todos los
días y obtendremos los beneficios para la nuestra salud. Es muy importante considerar
los riesgos de una exposición incorrecta: quemaduras solares, daño de las
fibras de colágeno, destrucción de la vitamina A en la piel, aceleramiento del
envejecimiento de la piel y aumento del riesgo de cáncer de piel. La
exposición excesiva al sol también puede causar cataratas y enfermedades
agravadas por la inmunosupresión. Sin embargo, muchas enfermedades relacionadas
con la exposición excesiva a los rayos UV tienden a ser relativamente benignas.
Los rayos Ultra Violeta son más potentes entre 10 a.m. y 4 p.m., por lo tanto
no se recomienda la exposición prolongada al sol en esos horarios. Mientras que
el grado de exposición a la luz ultravioleta que una persona recibe, depende de
la intensidad de los rayos, del tiempo que la piel ha estado expuesta y de si
ésta ha estado protegida con ropa o bloqueador solar.
Enfermedades que previene la vitamina D
Mientras que el cáncer de piel se asocia con demasiada
exposición a los rayos UV, hay enfermedades también asociadas a la falta de
vitamina D. En este caso existe evidencia sustancial, aunque no definitiva,
de que los altos niveles de vitamina D, ya sea por la dieta o por la exposición
a UVR, pueden disminuir el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple (EM). Sin
embargo, aún queda por resolver la cuestión de qué niveles de vitamina D son
óptimos para prevenir la enfermedad. Al igual que con la esclerosis
múltiple, parece haber una relación positiva entre la vitamina D y la
prevención de Diabetes tipo 1. Un estudio finlandés publicado el 3 de
noviembre de 2001 en The Lancet mostró que los niños que recibieron 2.000 UI de
vitamina D por día, a partir de 1 año de edad, tenían un 80% menos de riesgo de
desarrollar diabetes tipo 1 más adelante en la vida, mientras que los niños que
tenían deficiencia de vitamina D tuvo un riesgo cuatro veces mayor. Otros
beneficios de la acción de la vitamina D son regular la presión por su acción a
nivel renal, relajar las células del músculo liso vascular y bajar así la inflamación,
corrigiendo múltiples funciones que se alteran en personas que padecen alguna
afección cardiovascular.
Las principales fuentes naturales de Vitamina D son:
• Aceite de hígado de bacalao: 400 UI/1 cucharada
• Pescado graso como sardina o salmón en lata: 85 a 142
UI/28 gramos de alimento
• Leche entera: 100 UI/1 taza
• Yema de huevo: 23UI/1 unidad, clara: 0 UI
• Hígado de vacuno: 11 UI/85 gramos