¿Sabía que la memoria es una capacidad que puede
estimularse?
Ser olvidadizo no es sinónimo de catástrofe. Usted no puede
recordar el nombre de la persona que le acaban de presentar, pero ¿estaba
prestando atención cuando le hablaban? ¿Podría haber pedido que le repitieran
el nombre o ni siquiera lo registró? Si se acostumbra a concentrarse en las
cosas que requieren de su atención a corto plazo, proponiéndose almacenarlas en
la mente, seguramente lo van a agarrar desprevenido muchas menos veces.
Ante todo, no se inquiete: las cosas que el cerebro archiva en la memoria a
corto plazo justamente se retienen por poco tiempo y luego se descartan.
Combata el olvido
Si tiene dificultad para recordar cosas a largo plazo,
una manera de mitigar el problema es anotarlas. Si, por ejemplo, le
cuesta acordarse de cómo ajustar el reloj de la calefacción central cuando
cambia la estación y, con ella, la temperatura, anote las instrucciones en una
hoja de papel y póngala en un lugar donde la encuentre cuando vuelva a
necesitarla: puede pegarla en el lado interior de la puerta de la alacena.
Asimismo, puede usar una agenda o escribir notas en papeles autoadhesivos y
pegarlos en la puerta del refrigerador. Si cada vez que necesita ingresar el
pin de su cuenta bancaria lo olvida, invente una frase con palabras que tengan
la misma cantidad de letras. Por ejemplo, para 8436, “adquirir (8 letras) poco
(4) con (3) dinero (6)”. Haga uso de las ventajas que presentan algunos
servicios, como el cargo automático y las órdenes permanentes de pago, de modo
que los lapsus ocasionales no le salgan caros. Y si hay algo que quiera retener
en la memoria, dígaselo en voz alta a su compañero o, en su defecto, a su gato.
Es increíble cómo recordamos las cosas que verbalizamos.