Sumérjase en este recorrido desde la oreja hasta el cerebro
para conocer en profundidad cómo oye nuestro cerebro.
Cómo funcionan el oído interno y el externo
Las partes externa y media del oído asumen,
esencialmente, la transmisión y amplificación de las vibraciones. El oído
interno las transforma en un mensaje nervioso que marca el nervio auditivo hasta el cerebro. El hecho de que tengamos dos orejas le permite al cerebro
localizar la fuente sonora al analizar las diferencias entre las dos
señales nerviosas, en especial, su desfasaje temporal.
La
atención selectiva del oído
El oído está constantemente solicitado. El cerebro debe,
por lo tanto, ejercer permanentemente una función de filtro, al colocar
aparte el ruido de fondo y retener solamente los sonidos significativos:
un auto que se aleja, palabras... Es suficiente escuchar el registro de una
conversación mantenida en un ambiente ruidoso para convencerse. «¿Cómo pudimos
entendernos con semejante bullicio?» nos sorprendemos. Sin embargo, esta
facultad de atención selectiva no implica que los otros ruidos sean
eliminados: «el efecto cóctel» designa no sólo esta capacidad para
concentrar nuestra percepción auditiva en un entorno muy ruidoso, sino también
la de reaccionar ante un sonido determinado (nuestro nombre, por
ejemplo) ahogado en medio de un ruido de fondo. Sin que tengamos conciencia,
nuestro cerebro capta el conjunto de los estímulos sonoros, pero nos informa
nada más que cuando una palabra o un sonido reviste un valor particular para
nosotros. Un proceso similar explica que podamos dormir con un ruido de fondo,
pero que un sonido de alerta, aunque mínimo (por ejemplo, el quejido de un
niño), nos despierte. Un bullicio de fondo regular puede, sin embargo,
ignorarse hasta el momento en que se detenga: la sensación de calma nos hace
tomar conciencia de su existencia.
El papel del cerebro en el proceso auditivo
La audición requiere la intervención de una cantidad de áreas cerebrales, diferentes de acuerdo con la índole de los sonidos
escuchados. El nervio auditivo transmite la información sonora
Las palabras se dirigen a las áreas del lenguaje,
mientras que las melodías movilizan circuitos cerebrales distintos. Las
alteraciones específicas para reconocer música testimonian estas diferencias de
procesos, ya que el lenguaje o la percepción de ruidos del medio ambiente
pueden permanecer indemnes.