Evite gastar dinero en nuevas joyas o accesorios. Aplique
estos trucos de limpieza y las joyas que tenga parecerán nuevas.
A continuación, encontrará diferentes formas de limpieza de acuerdo con el tipo de metal o piedra preciosa.
Ámbar
Frote la pieza con un trozo de algodón mojado en dos gotas
de aceite de linaza cocido y quite los excedentes.
Amatista, aguamarina, esmeralda, granate, jade, zafiro, rubí, topacio, turmalina
Mezcle una cucharada de amoníaco con 1⁄2 taza de agua
tibia; sumerja las piezas y frote con un cepillo de cerdas suaves.
Enjuague y seque con un paño que no libere pelusa.
Diamantes
Prepare una solución de una taza de agua caliente con 1⁄4 de
taza de amoníaco y una cucharada de detergente. Remoje por 20 minutos;
cepille enérgica pero delicadamente y enjuague con agua caliente; sumerja en
alcohol y deje secar sin enjuagar.
Oro
Empape las joyas en una taza de agua tibia y media de
amoníaco durante 10 ó 15 minutos; friccione cuidadosamente con un cepillo de
dientes, enjuague con agua tibia y deje secar sobre papel absorbente.
Lapislázuli, malaquita, turquesa
Utilice detergente (no jabón), agua fría (nunca caliente) y un cepillo de cerdas suaves.
Ópalo
Lave con detergente (no jabón) y agua; sea precavido ya que este material es muy frágil.
Perla
Remójelas en jabón neutro y agua. Enjuague y lustre
con una franela. No sumerja toda la pieza: limpie cada perla. Para
realzar su aspecto, lúzcalas a menudo de forma tal que absorban la grasitud
natural de la piel. Otra solución consiste en untarlas con aceite de oliva y secarlas con gamuza.
Plata
Limpie con lustrador para plata, pasta dental o un
trapo con levadura química; use un cepillo de dientes para alcanzar todos los
recovecos. Enjuague y seque. Para una limpieza rápida, frote las piezas con
ceniza.