Soluciones a las consecuencias del desajuste financiero en los países centrales.
Imaginemos esta situación: saliste con tu pequeño velero y te encontrás a una cierta distancia de la costa que ya no se ve. Estabas regresando porque viste nubarrones oscuros en el horizonte, pero está tronando, hay relámpagos y queda poco tiempo para que la tormenta te alcance. ¿Qué deberías hacer? Los pilotos náuticos saben de esto, tienen muchas experiencias de tormentas, de las propias y de las de otros; siguen sus rutinas establecidas y se preparan para hacer frente a la circunstancia.
Algo similar nos sucede a todos con la actual crisis económica global: vimos el frente de tormenta acercarse poco a poco, hasta que lo tuvimos encima. ¿Ahora, qué deberíamos hacer? Por cierto, no están en juego nuestras vidas, así que quitémosle dramatismo al tema, pero tenemos una familia y cierta calidad de vida que queremos proteger. Hicimos muchos esfuerzos para mejorarla y ahora deseamos resguardarla, en la medida que sea posible. ¿Pero lo es? Difícil decirlo en este momento ya que no sabemos todavía la verdadera magnitud de la crisis.
A continuación, les doy algunas sugerencias para afrontar esta coyuntura. Consideralas seriamente y te ayudarán, y no solamente ante este momento en particular.
Ser prudente con el dinero
La prudencia es el ejercicio correcto de la razón en los asuntos prácticos, y nada más práctico que los asuntos económicos. Para los griegos es una de las virtudes cardinales, junto con la justicia, la templanza y el coraje. Tomate unos minutos y evaluá las circunstancias. Tratá de mantener la cabeza fría y no te dejes llevar por las pasiones.
- Analizar los ingresos
- Sobre todo el grado de seguridad que tiene cada uno de ellos. Esto es más práctico en el caso de un empleado en relación de dependencia, que en el de un profesional independiente; el primero sabe precisamente cuánto dinero recibirá a fin de mes. En estos casos, es necesario evaluar el grado de riesgo de que ese ingreso sea reducido por suspensiones, eliminación de horas extras, quita de beneficios o, incluso, por despido. Si sos un profesional independiente, un comerciante o un pequeño empresario, deberás hacer un esfuerzo para prever el potencial impacto que tenga en la demanda de tus servicios o productos, considerando a quienes son tus clientes y cómo estos pueden ser afectados por la crisis.
Analizar los ahorros
¿Cuánto dinero tenés ahorrado y en qué? ¿Esos ahorros están en riesgo?Analizar los activos
Una casa, un auto, otras propiedades. ¿Considerás que alguno de ellos puede ver afectado su valor en forma importante, o por el contrario mantenerlo y aumentarlo?Considerar las deudas.
¿Existe alguna que pueda ser reprogramada? ¿A qué costo?Revisar los gastos.
Realizá una revisión detallada de ellos. ¿Cuáles son fijos y no se pueden eliminar? ¿Cuáles pueden eliminarse pero ofrecen servicios que valorás? Y en tal caso, ¿cuál debería ser la magnitud de la caída de tus ingresos para que te decidieras a cortarlos?
Manos a la obra: a ordenar las finanzas
El hecho de habernos tomado un tiempo para realizar la evaluación pormenorizada de ingresos, ahorros, activos y gastos, significa que estamos siendo prudentes y que evaluamos la situación seriamente. Ahora tenemos que considerar lo que vamos a hacer.
Cómo controlar los ingresos
Lo esencial en estas situaciones es cuidar los ingresos. En otros momentos uno puede tomar decisiones que los pongan en riesgo, sabiendo que hay otras fuentes disponibles. Algún empleado se toma un día como una autocompensación, algún profesional se va a jugar al golf un viernes, en definitiva, los clientes volverán el lunes. Pero eso es algo que ahora no conviene hacer.Los empleadores enfrentan una caída de sus ingresos y de su financiamiento, es decir, venden menos, el crédito en el banco está más caro, y las cobranzas se han hecho mucho más difíciles. Como respuesta tienen que reducir sus costos, y el laboral es siempre uno importante. Llegado el caso de un escenario con despidos el consejo es: no seas uno de la lista. Aunque esto también depende del desempeño anterior, no hagas nada que te clasifique en el grupo de los menos productivos, de los prescindibles.
Anticipando que algo de esto pudiera suceder, al empleado le conviene ampliar sus contactos y relaciones, o aceitar las que tiene actualmente. Actualizar su currículum en las páginas web de empleos e incluso sumarse a redes sociales como LinkedIn (www.linkedin.com) o Facebook (www.facebook.com), ¿quién sabe por qué lado pueden aparecer las oportunidades?
El profesional independiente debería cuidar a cada cliente, no importa cuán pequeño sea. Aquel que en otro momento lo dejaría por ser un ingreso menor, hoy debe ser atendido aunque siga siendo un ingreso menor. Es que éste puede llegar a alcanzar una importancia mayor si otros se caen. El arquitecto que en otro momento hubiera renunciado a realizar una refacción, la toma, al igual que el abogado que recibe un caso pequeño, o el profesor a quien le ofrecen dictar unas clases que no están muy bien remuneradas. A su vez, el empresario de pequeña y mediana empresa tratará de “sentarse sobre la caja”. Intentará reducir, aunque muy amablemente, el crédito que tenga otorgado a sus clientes, de garantizar las cobranzas, pero por sobre todas las cosas, de mantener los clientes.
Cuidar los ahorros
Si tenés tus ahorros en dólares, mantenelos. Es posible que las actuales políticas de expansión monetaria y fiscal en los Estados Unidos, terminen deteriorando al dólar en relación a los bienes, pero mientras haya recesión los precios de los bienes y servicios tenderán a bajar en dólares. Además, es una moneda muy familiar en la región y con alta liquidez.Si tenés depósitos a plazo fijo en bancos, no hay amenazas en la región de que suceda lo ocurrido con algunos de ellos en Estados Unidos o Europa, o en la Argentina de 2001, pero hay que estar atentos a las tasas, en particular en relación con la inflación y con el dólar.
Es probable que un menor nivel de actividad económica lleve a una desaceleración de la inflación, pero también a un mayor crecimiento del dólar. En el caso de la Argentina, por ejemplo, el Banco Central cuenta con reservas como para moderar esa suba al nivel que estime conveniente, aunque aquí se suman problemas de desempeño de la economía interna, a los de la crisis exterior, y se produce un lento, pero continuo drenaje de divisas.
En definitiva, si tenés un plazo fijo en un banco, considerá qué tasa deberías recibir para mantener el valor de tu depósito, con un leve incremento frente a la inflación y el dólar. Esa tasa debería estar entre el 15 y el 20% como mínimo.
Si tenés acciones estarás sufriendo la caída de su valor. Si no te desprendiste de ellas hasta ahora tal vez no convenga hacerlo en este punto. En algún momento las acciones tocarán fondo y volverán a subir. Si tenés inversiones de renta fija (bonos de empresas, por ejemplo), será mejor mantenerlas hasta su recuperación o cancelación, siempre que se trate de una empresa que no caiga en bancarrota.
¿Y los inmuebles? Si bien la gran crisis internacional se produjo en el sector inmobiliario, la situación local es diferente. Al menos en el caso de la Argentina, el sector de la construcción tuvo un papel importante en la recuperación de la economía del país, luego de la depresión ocasionada por la crisis de 2001. A diferencia del país norteamericano, esta crisis no fue provocada por una burbuja de crédito artificial, sino por inversiones basadas en ahorro genuino, en muchos casos canalizadas a través de fideicomisos. En un fideicomiso, los inversores se juntan para llevar adelante un proyecto como sembrar soja o construir un edificio, aportan el monto de la inversión y luego se reparten el resultado. Algunos proyectos pueden fracasar, pero no hay un riesgo que afecte a todo el sistema tal como ocurrió con las hipotecas en los Estados Unidos.
¿Conviene entonces invertir en inmuebles? Habría que esperar hasta que se produzca algún ajuste de precios o que se presente una oportunidad. En cuanto a los proyectos, resulta clave la confianza en el desarrollador del mismo, y no olvides tener en cuenta que un proyecto de este tipo lleva un par de años para completarse. Otra vez, con prudencia, no estaría mal considerar esto para proyectos que comiencen en los próximos meses.
Otro tipo de inversiones muy comunes es la inversión en fideicomisos para financiar la producción agropecuaria. La situación es conocida, este año la sequía en la Argentina frustró muchos de estos proyectos, y los precios y los costos no son los de antes, aunque la devaluación del dólar mejora levemente el margen.
Valores de los activos
En tiempos de crisis, los valores de los activos tienden a bajar. Para aquellos que poseen, inmuebles por ejemplo, y no necesitan el dinero, es preferible mantenerlos a la espera de mejores tiempos. Las oportunidades se presentan con quienes necesitan efectivo y para quienes lo tienen. Habrá que estar atentos a las ofertas que se produzcan en automóviles, entre otros.Qué hacer con las deudas
No es el momento de endeudarse, ni tampoco el de consumir a crédito. Es el momento de reducir el endeudamiento, o de renegociarlo. Si considerás que irremediablemente necesitás, por ejemplo, un préstamo personal, pensalo de nuevo, fijate realmente si el destino de esos fondos es tan apremiante. Si lo confirmaras, volvé al capítulo de ingresos, más arriba, y confirmá de que son seguros. Por último, definí qué otros gastos vas a reducir para poder pagar estas cuotas.Cómo controlar los gastos
Obviamente, es momento de ser prudente con los gastos. Luego de hacer la revisión mencionada al inicio, hay que tomar la decisión de ajustar. Esto requiere de otra virtud: coraje. Algunos gastos se cortan, otros se modifican. Esto último sucede típicamente cuando se dejan de buscar marcas y se da prioridad a los precios. Se pueden cancelar las salidas y quedarse en casa, pero también se pueden hacer salidas más baratas o espaciarlas.Ahora bien, siendo ese el consejo general, hay que estar alerta a las ofertas. Un período de recesión es también uno de oportunidades donde podemos encontrar productos a precios más bajos, en particular en lo que solemos llamar “bienes durables” (autos, electrodomésticos, muebles).
En la Argentina se han anunciado algunos planes de canje para ciertos productos que se podrían aprovechar, si no fueran muy burocráticos. En general, las ofertas directas de los comercios son más simples.
Crisis, ¿qué crisis?
Por suerte, o tal vez mejor, desgraciadamente, en muchos países como los de estas latitudes tenemos bastante experiencia en crisis. Es que hemos vivido muchas, y muy serias. Por eso, por el momento, no tenemos todavía la sensación de tenerla nuevamente. Para los ciudadanos de este lugar del mundo, las crisis significan corridas bancarias, un dólar que se dispara, protesta social, y nada de eso está pasando todavía, ni siquiera en los lugares donde ella se ha originado.
La crisis en países desarrollados son más ordenadas pero no por eso menos serias. La tormenta ya está con nosotros, repasemos los principios del buen marinero.
Más allá de la crisis
Si estos consejos te parecieron útiles para enfrentar las consecuencias de la actual crisis mundial, te doy otros para después o para tus necesidades a largo plazo:
• Considera seriamente el oro y la plata. Su precio ha crecido desde el inicio de la crisis. Toda la emisión de dólares y otras monedas “fuertes” que se ha realizado en estos meses, va a impactar tarde o temprano en los precios, y los de los metales son los que mejor mantienen su valor históricamente. Claro que tenés que cuidar muy bien dónde vas a guardar el metal.
• Recomposición del mercado accionario. Volverán a presentarse oportunidades. Dos sugerencias: mirar siempre las acciones tecnológicas, tienen una demanda que no deja de aumentar, y parece que somos insaciables respecto a nuevos productos y juguetes tecnológicos; también se van a recuperar las acciones de empresas involucradas en productos primarios (alimentos, energía). Esto ocurrirá porque el crecimiento de países como China, India o Vietnam no solo tiene relación con la burbuja de crecimiento en los países ricos, sino que éstos han realizado profundas reformas hacia las economías de mercado y van a seguir aumentando su nivel de ingreso y su consumo… ¡y son millones!
• Inmuebles. En la Argentina no hubo “burbuja inmobiliaria” por lo que cuando la crisis pase, hay margen todavía para que el sector siga creciendo.
*Martín Krause es profesor de Economía y director del Centro de Investigaciones sobre Institutiones y Mercados de la Argentina CIIMA/ESEADE. También autor del libro La Economía explicada a mis hijos, entre otros.