Está comprobado: el estudio de un nuevo idioma fomenta el
desarrollo cerebral, lo que lo mantiene joven por más tiempo.
Fuente: Salud a Diario
¿No le gustan o se le dan muy mal los juegos mentales?
Entonces, en plan de mantener las neuronas alertas, ¿por qué no prueba con un idioma?
Investigadores encontraron recientemente, que los adultos mayores (en el
mundo de habla inglesa) que estudiaron español, mostraron mejoras similares en
ciertas habilidades cognitivas críticas que aquellos que participaron en
actividades de entrenamiento cerebral que tenían como objetivo esas
habilidades. Estos resultados son notables, dado que el entrenamiento del
cerebro se centra específicamente en mejorar estos aspectos de la cognición,
mientras que el aprendizaje de idiomas no lo hace. Además, aquellos que
aprendieron español reportaron un mayor disfrute que aquellos que participaron
en el entrenamiento cerebral convencional. Este estudio es uno de los
primeros en examinar si el proceso de aprendizaje de un idioma puede beneficiar
la salud del cerebro de manera similar al bilingüismo.
Agrado y beneficio de aprender un idioma
“Estos resultados son emocionantes porque indican que los
adultos mayores pueden obtener beneficios cognitivos de una actividad agradable
en la que podrían querer participar, independientemente de estos beneficios”,
dice el Dr. Jed Meltzer, especialista en neurociencia cognitivo
intervencionista, y científico de neurorrehabilitación en el Rotman Research
Institute (RRI) de Baycrest, Canadá. La evidencia sugiere que el bilingüismo
tiene un efecto protector sobre la salud del cerebro, ya que los bilingües
desarrollan demencia más tarde en la vida que los monolingües. Sin embargo,
se sabe poco sobre el impacto cognitivo del proceso de aprender un segundo
idioma sin llegar a ser completamente bilingüe. “Los participantes de nuestro
estudio mostraron mejoras cognitivas significativas (aún) sin llegar a dominar
el español, lo que sugiere que no es necesario ser bilingüe para que su cerebro
se beneficie de trabajar con otro idioma”, dice la Dra. Ellen Bialystok,
profesora de investigación distinguida en el Departamento de Psicología de la
Universidad de York y científica asociada en el RRI. “Esto es alentador, ya que
el bilingüismo a menudo se alcanza temprano en la vida y es difícil de lograr
en la edad adulta, mientras que podemos elegir aprender otro idioma a cualquier
edad para obtener algunos de los beneficios cognitivos de que disfrutan las
personas bilingües”. Para su estudio, los investigadores reclutaron a 76
adultos mayores de entre 65 y 75 años. Todos los participantes hablaban solo un
idioma, eran cognitivamente saludables, nunca habían estudiado español
formalmente antes y no habían estudiado ningún otro idioma en los últimos 10
años. Los participantes fueron asignados al azar a uno de tres grupos: aprendizaje de idiomas, entrenamiento cerebral o una lista de espera (sin aprendizaje del
idioma o entrenamiento cerebral), que sirvió como grupo de control. Durante
16 semanas, los del grupo de aprendizaje de idiomas pasaron 30 minutos al día,
cinco días a la semana, aprendiendo español con Duolingo, una aplicación de
aprendizaje de idiomas en línea. Aquellos en el grupo de entrenamiento cerebral
pasaron la misma cantidad de tiempo pero usaron BrainHQ de Posit Science.
Mejoras cerebrales al estudiar un idioma
Los investigadores evaluaron el desempeño de los
participantes en tareas cognitivas específicas antes y después de las 16
semanas. Estas tareas eran similares a los ejercicios de BrainHQ. Al final
de la intervención, también midieron la adherencia de los participantes al
programa de aprendizaje y su disfrute del programa que siguieron
(aprendizaje de idiomas o entrenamiento cerebral). Descubrieron que los
participantes en el grupo de aprendizaje de idiomas mostraron mejoras
similares a las del grupo de entrenamiento cerebral en dos áreas de la
cognición: la memoria de trabajo y la función ejecutiva, es decir, la
capacidad de gestionar información conflictiva, mantenerse concentrado y evitar
distracciones. Por el contrario, solo el grupo de entrenamiento cerebral mostró
mejoras en la velocidad de procesamiento. Se esperaba este resultado, ya que el
entrenamiento cerebral se enfoca específicamente en esta habilidad agregando
presión de tiempo a cada actividad, mientras que los entornos de aprendizaje de
idiomas utilizados en este estudio no incluyeron tal presión. Además, el grupo
de aprendizaje de idiomas informó que disfrutó más de su programa que el grupo
de entrenamiento cerebral. Esto se reflejó en sus respuestas a un cuestionario,
así como en su adherencia al programa: el grupo de aprendizaje de idiomas
siguió el programa de aprendizaje de manera más consistente que el grupo de
entrenamiento cerebral. “Además de los beneficios cognitivos, aprender un
segundo idioma puede enriquecer la vida de los adultos mayores de otras formas
importantes, por ejemplo, al generar nuevas amistades o abrir la puerta a una
nueva cultura o viajar, ayudándolos a vivir la vida al máximo”, dice el Dr.
Meltzer, quien también es profesor asociado en los Departamentos de Psicología
y Patología del Habla y el Lenguaje de la Universidad de Toronto. Si consiguen
fondos adicionales, los investigadores evalúan observar los efectos en la
salud cerebral del aprendizaje de idiomas con limitaciones de tiempo, para ver
si esto podría conducir también a mejoras similares en la velocidad de
procesamiento. Esto también reflejaría mejor los entornos del mundo real en
los que se usa el lenguaje, ya que no tenemos un tiempo infinito para escuchar
y responder cuando entablamos una conversación en otro idioma.