Se demostró que los fines de
semana de tres días son buenos para la salud mental.
En tanto en Chile se celebra la
nueva jornada laboral de 40 horas semanales (cinco días de ocho horas de
trabajo), en otras latitudes, debido tanto avances tecnológicos como a
conceptuales, se explora una semana de 32 horas. En algunas empresas que han
experimentado este cambio, la productividad se mantuvo o, incluso, mejoró. Un
aspecto destaca en especial: el ausentismo prácticamente bajó a cero. Una
explicación para esta paradoja aparente la plantea una investigación de la University
of South Australia: un día más de tiempo libre mejora notablemente la salud.
Más actividad, no menos
Al evaluar los cambios en los movimientos
diarios antes, durante y después de las vacaciones, los investigadores
descubrieron que las personas muestran comportamientos físicos más activos y saludables cuando están de vacaciones, incluso cuando solo tienen un descanso
de tres días seguidos. Es así como, a lo largo de los 13 meses que duró el
estudio, las personas incluidas en él se tomaron una media de dos a tres
períodos de vacaciones, de unos 12 días cada uno (en Australia las vacaciones anuales
son de cuatro semanas). El tipo de vacaciones más común fue el “ocio al aire
libre” (35‑%), seguido de “acontecimientos familiares/ sociales” (31‑%),
“descanso y relajación” (17‑%) y “actividades no relacionadas con el ocio”,
como cuidar de otras personas o hacer reformas en casa (17‑%). Y no se trata
únicamente de la disminución del estrés laboral. En concreto, se observó que, durante
las vacaciones o en los fines de semana largo, los ciudadanos realizaron un 13‑%
más de actividad física de moderada a intensa (o cinco minutos más al día),
fueron un 5‑% menos sedentarios cada día (29 minutos menos al día) y durmieron
un 4‑% más cada día (o 21 min/día más). Para el Dr. Ty Ferguson, investigador
de la UniSA, la investigación indica que las personas muestran comportamientos
más saludables cuando están con un mayor tiempo libre. “Cuando la gente se
va de vacaciones, cambia sus responsabilidades cotidianas porque no está
encerrada en su horario normal”, dice. Ahora, “en este estudio, descubrimos
que los patrones de movimiento cambiaban para mejor cuando estaban de
vacaciones, con un aumento de la actividad física y una disminución del
comportamiento sedentario observados de forma generalizada”.
Más descanso, menos enfermedades
Por otro lado, “también
observamos que las personas dormían 21 minutos más cada día que estaban de
vacaciones, lo que puede tener una serie de efectos positivos en nuestra salud
física y mental; dado que, dormir lo suficiente puede ayudar a mejorar
nuestro estado de ánimo, nuestra función cognitiva y productividad. También
puede ayudarnos a reducir el riesgo de desarrollar una serie de
enfermedades, como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares
y la depresión. Es interesante notar que, “curiosamente, la magnitud de estos
cambios aumentó en función de la duración de las vacaciones: cuanto más largas
son, mayores son los beneficios para la salud”. El estudio utilizó datos del
estudio Ritmos Anuales en el Estilo de Vida y la Salud de los Adultos (ARIA,
por sus siglas en inglés), en el que 308 adultos (con una media de edad de 40,4
años) llevaron rastreadores de fitness las 24 horas del día durante 13 meses.
Los datos de movimiento minuto a minuto se agregaron en totales diarios para
comparar los comportamientos de movimiento antes, durante y después de las vacaciones.