En este mundo conectado y acelerado, a veces cuesta no
perder el eje y disfrutar la vida.
Fuente: Salud a Diario
Luego de un año complejo y altamente demandante, e iniciando
el 2022 lleno de cambios en diversos escenarios (sanitarios, políticos y
sociales), es altamente recomendable, tanto para nuestra salud mental como
física, el dedicar algunos momentos de nuestro valioso tiempo en realizar un
ejercicio breve de reflexión enfocado en nuestra situación actual, tanto a
nivel personal como en todos aquellos aspectos que deseamos que sean un poco
más armónicos y saludables en nuestro día a día. Muchos de nosotros ansiamos
estar de vacaciones o simplemente desconectarnos de la ola de noticias y
situaciones poco auspiciosas alrededor. A esto último se suman las altas cargas de trabajo y actividades que experimentamos día a día. En este sentido, si bien
no podemos escapar completamente de la realidad, sí se hace necesario el
tomar la debida responsabilidad por nuestras acciones individuales y reconocer
el impacto que cada uno de nosotros tiene a nivel comunitario.
Sobre la felicidad
Diversas investigaciones realizadas en el ámbito de la
psicología positiva señalan que la felicidad subjetiva (vale decir, la
percepción individual de bienestar y de satisfacción con la vida) dependen en
gran medida de nuestras elecciones conscientes. Este hallazgo es de suma
relevancia, puesto que, si bien podemos contar con un porcentaje de herencia
genética asociada, entre otras, a una predisposición a ciertos patrones
ansiosos y/o depresivos; con el entrenamiento adecuado y con una red de
apoyo familiar y/o profesional podemos, sin duda, progresar e instaurar hábitos
más saludables que nos permitan funcionar de manera más vigorosa y positiva.
Existen sin duda diversas barreras u obstáculos que nos
impiden tener una experiencia de bienestar y calma en nuestra vida. Al
respecto, es necesario destacar la relevancia de nues tras prioridades, toda
vez que, para acceder a un mayor nivel de bienestar, debemos tener un piso
base de satisfacción de necesidades básicas (como tener un techo, comida,
abrigo, etc.). Este punto es igualmente interesante ya que, independiente de lo
anterior, estudios internacionales señalan la existencia de comunidades que,
con muy pocas posesiones materiales, alcanzaban un grado alto de felicidad y
bajo de pobreza subjetiva. Por tanto, existen factores centrales que desde ya
podemos identificar para evaluar nuestras limitantes del bienestar, y así dar
lo que constituye el primer paso para un cambio de percepción y actitud.