Algunos consejos para que sus hijos no sufran las consecuencias del divorcio.
“Todas las familias felices se parecen, y las desgraciadas, lo son cada una a su manera.”Así comienza el escritor ruso Tolstoi su novela Ana Karenina, texto en el que narra, entre otras cosas, las desdichas de una familia “rota”.
Si bien las épocas han cambiado y los costos sociales ya no son los mismos, el impacto del divorcio en los hijos puede ser muy fuerte. La mayoría de las consecuencias negativas tienen relación con las dificultades existentes para que ambos padres continúen ejerciendo su paternidad de manera responsable.
En muchas ocasiones, el padre piensa, erróneamente por cierto, que el dinero destinado para gastos de sus hijos beneficia a su ex mujer; a su vez ésta se siente sola en la cotidianidad con los hijos y les habla mal del padre. En esta batalla seguramente se perderán de vista las necesidades de los hijos, quienes además de tener que afrontar el dolor de una separación, soportarán la agresividad entre sus padres, la disminución del nivel de vida, los cambios de colegio, entre otras cosas.
Es importante dejar que el niño vaya formando su “propia imagen” de cada padre, de acuerdo a su necesidad evolutiva. Tratar de interferir en este proceso podría influir negativamente en el desarrollo del niño. Por ejemplo, los chicos pequeños necesitan ver a ambos padres como personas fuertes y poderosas, las que asocian con la figura de guía para poder identificarse y crecer. Con el tiempo, esa necesidad cae por sí misma y como consecuencia del crecimiento. Al principio, es muy difícil que los padres puedan preservar a sus hijos de alguna situación conflictiva, pero si las cosas no se resuelven en el corto plazo, los niños vivirán como si tomaran un poco de veneno todos los días.
Aquí le damos algunos consejos para resguardar a los chicos:
• Si a dos años de la separación las cuestiones relacionadas al cuidado de los hijos no se resuelven, consulte a un mediador.
• Nunca hable mal respecto del otro padre con su hijo.
• Si su hijo presenció una discusión, aclárele que él no tiene la culpa de nada y que el hecho de que los padres no estén juntos no implica que el chico deba elegir entre uno u otro.
• Nunca se interponga en la relación con el otro progenitor. Aliente a su hijo a llamar cada vez que tenga ganas a su padre o madre.