Si tiene piel seca, bien sabe que no cualquier producto da
igual a la hora de cuidarla.
Los preparados, destinados a ser aplicados externamente,
tienen la finalidad de embellecer, pero, también, reparar. Es el caso de
sustancias como la urea, la manteca de Karité, la alantoína y la caléndula,
las que garantizan ese cuidado y alivio intenso para pieles secas, ásperas y
tirantes.
La idea es evitar la deshidratación y sequedad mediante
el aporte de agua, además de ir restaurando la barrera protectora de la piel
por medio de la restitución de ácidos grasos naturales, otorgando, así, firmeza
y suavidad, estimulando la producción de colágeno y elastina, esenciales para
tener una piel tersa y elástica.
La prevención y el tratamiento se inician desde “ afuera
hacia dentro”. Sin duda, son las capas superficiales las primeras en recibir
los beneficios, mejorando el aspecto de la dermis, luciendo ella más luminosa,
tersa e hidratada, pero no olvidemos que dichas sustancias están llegando a las
capas más profundas, ejerciendo ahí todo su potencial, modulando el
mantenimiento integral del tejido cutáneo.