¿Le gusta comer
pescados y mariscos, pero no se anima a cocinarlos en su casa? Con estos
consejos, aprenderá a manipularlos y a preparar deliciosos platos.
1. El pescado azul es más suculento y de sabor más fuerte que el blanco; combina muy bien con hierbas, especias y condimentos frescos pero intensos, que penetren la grasa (por ejemplo: salmón y pepino, trucha y berro, caballa y rábano).
2. Para compensar la salinidad del ambiente, los pescados blancos poseen un elemento químico orgánico prácticamente insípido y desabrido. Por eso, estos pescados son sutiles, suaves y delicados. Su sabor puede realzarse con aceitunas verdes, aceite de oliva, mayonesa de ajo, alcaparras a la manteca e incluso quesos duros.
3. Para retirar las
escamas del pescado entero, sujete el pescado por la cola, use un cuchillo
chico de poco filo en dirección a la cabeza, luego lave bien bajo el chorro de
agua fría.
4. Aunque no lo crea, el punto de cocción del pescado es una cuestión de gusto. La costumbre generalizada es consumir pescado muy cocido. Sin embargo, al sobrecocinar los pescados y los mariscos, se pierden sus nutrientes esenciales, su sabor característico y su textura húmeda. Se considera cocido el pescado cuyo interior alcanza los 63 °C; punto medio, apenas cocido, con costra exterior e interior jugoso y tierno, mas no gelatinoso.
5. Al comprar camarones cocidos, repare en su color rosa brillante y su consistencia firme, que no debe ser ni blanda ni aguada. En caso de comprar camarones pelados crudos, blanquearlos brevemente en abundante agua hirviendo con sal; luego, cortar la cocción con agua helada. Escurrir con arañita o espumadera.