Con normas de higiene bien aplicadas, es posible evitar la
contaminación de alimentos y las intoxicaciones.
Fuente: Salud a Diario
Gran parte de los alimentos que comemos contienen cantidades
pequeñas de bacterias y virus que son inofensivos para la mayoría de la gente. Pero
si los alimentos no se manipulan o cocinan bien, estos gérmenes pueden crecer a
niveles peligrosos y provocar desde un simple malestar estomacal hasta
enfermedades importantes. No confíe únicamente en la prueba del olfato para
saber si un alimento está en buen estado; aunque pueda oler alimentos podridos,
no puede oler las bacterias. De hecho, los expertos en seguridad de los
alimentos afirman que la mayoría de los microbios que causan las enfermedades
más peligrosas no alteran la apariencia, el olor o el gusto de los alimentos.
En lugar de confiar en sus sentidos, intente realizar compras seguras, además
de procurar una buena cocción y un almacenamiento adecuado. Y use el sentido
común cuando coma fuera de su casa.
Separe la carne, el pollo y los mariscos del resto de los comestibles
Colóquelos en bolsas de plástico para contener los jugos.
Además, guárdelos en bolsas separadas al terminar de hacer las compras. En
su casa, utilice recipientes o bolsas plásticas herméticas para almacenar
carne vacuna, aves y mariscos crudos en la heladera para que no se filtre
ningún tipo de jugo.
Compre los productos perecederos en último lugar y guárdelos
en la heladera lo antes posible
Almacene las carnes en el último estante para que los
jugos no se derramen sobre los demás alimentos. Podrá conservar las
carnes de ave y la carne picada en la heladera por uno o dos días antes de
congelarla; para el resto de las carnes, podrá guardarlas sin congelar hasta
cuatro o cinco días.
Manipulación de alimentos, bajo la lupa
A la hora de lidiar con alimentos, es muy importante tener
presentes algunos errores en los que incurrimos con cierta frecuencia y…
prestar atención para ¡dejar de cometerlos! Lamentablemente, estos equívocos
son tan riesgosos como comunes.
• Debemos evitar: dejar alimentos fuera de la heladera: sobre
todo en verano, ya que los microorganismos crecen mejor a temperaturas templadas.
• Consumir alimentos vencidos: la fecha indicada es un
alerta y nos indica el momento a partir de la cual los alimentos empiezan a
deteriorarse. Chequee siempre la de vencimiento antes de consumirlos.
• Comprar comida sin rótulo en la calle: al no conocer
su procedencia, no podemos estar seguros de su inocuidad.
• Encariñarse con los trapos y esponjas: si bien están en
contacto con jabón, es un medio húmedo donde crecen microorganismos. Cámbielos
con regularidad.
• Descongelar alimentos a temperatura ambiente: entre 5 y
65 °C, las bacterias se multiplican más rápidamente, motivo por el cual el
riesgo de contaminación aumenta también.
• Probar la comida si hay sospechas de su estado: los
microorganismos no se ven y algunos son tan peligrosos que nos intoxican con
tan solo probar un bocado contaminado.