Con estos trucos para preparar y anticipar ensaladas,
alimentarse en forma saludable será mucho más fácil.
¿Qué entendemos por ensaladas? No solo las verduras
de hoja caracterizan a una ensalada. Más bien, “ensalada” significa cierto
tipo de preparación: hortalizas, arroz, pasta, pescado más o menos
trozados, combinados con otros ingredientes y condimentados con un aderezo
adecuado; así se obtiene una ensalada. Las verduras de hojas delicadas
que se marchitan rápidamente al condimentarlas con el aderezo deben servirse de
manera inmediata después de su preparación. Por el contrario, las ensaladas con
ingredientes resistentes como papas, pasta o legumbres deben reposar ya
condimentadas para intensificar los sabores antes de ser consumidas.
Verduras de hoja
La mayoría de las verduras de hoja tiene dos estaciones,
pero algunas se comercializan todo el año gracias al cultivo en invernadero.
Por ejemplo, la lechuga, la reina de las ensaladas argentinas, se
cultiva en todos los “cinturones verdes” de las grandes ciudades. Sus versiones
criolla o mantecosa son las más populares; en menor medida se consume la
capuchina; por último, aparecen las variedades francesa y morada, aún en
crecimiento. Otras verduras de consumo frecuente son la espinaca y la acelga,
muy versátiles en la cocina. Por otro lado, la achicoria se suma junto con las
endivias, el radicchio y la radicheta al grupo de las verduras amargas. Con
sabores también distintivos, la rúcula y el berro son tiernos cuando sus
hojas y tallos son jóvenes. Además: el antiguo mastuerzo está siendo
revalorizado por la cocina gourmet –que recomienda consumirlo recién cosechado,
crudo- y la col rizada o kale es considerada el nuevo súper alimento.
Productos listos para consumir
Los productos listos son una alternativa práctica
para aquellos ingredientes que contando con tiempo extra podrían elaborarse en
casa. Se trata tanto de conservas de hortalizas como condimentos en
bolsas plásticas que solo hay que mezclar con agua y aceite o aderezos en
botellas que pueden utilizarse sin agregar otros ingredientes. El truco para
las ensaladas rápidas es combinar ingeniosamente ingredientes frescos
con productos listos de buena calidad.
Cómo anticipar las ensaladas
• Limpiar: desechar zonas marchitas exteriores de las
hortalizas; descartar las hojas duras de verduras, cortar sus nervaduras y
tallos gruesos. Limpiar las hojas de las verduras. Para ahorrar tiempo: comprar
solo lo que parece fresco y preclasificado. Esto también rige para productos
envasados.
• Lavar: lavar verduras de hoja en abundante agua
fría. Lavar hierbas en atado (por ejemplo, perejil, eneldo). Para ralladuras
cítricas, lavar previamente la fruta con agua caliente. Enjuagar hortalizas sin
pelar con agua tibia. Para ahorrar tiempo: lavar todos los ingredientes de una
ensalada de una sola vez.
• Escurrir, centrifugar, secar: para hojas sueltas
(lechuga, espinaca, rúcula), usar centrifugador de verduras. Colocar las
hierbas ya lavadas entre varias capas de papel absorbente de cocina (según la
cantidad). Dejar escurrir eficazmente otras hortalizas y frutas, y frotar con
un repasador de cocina limpio. Secar carnes, aves, pescados y mariscos con
papel absorbente de cocina. Para ahorrar tiempo: antes de lavar, despejar el
escurridor de la bacha de la cocina para tener espacio disponible. Lavar las
verduras con anticipación, centrifugarlas y conservarlas en el
centrifugador de verduras seco hasta dos días en la heladera.
• Picar: cortar groseramente con la mano las verduras
de hoja. Para cortar ingredientes en tiras o picar, usar una tabla de cocina y
un cuchillo grandes. Para ahorrar tiempo: emplear los utensilios de cocina
apropiados.
• Elaborar aderezos para ensaladas: prepararlos con anticipación
y conservarlos en recipientes de vidrio con tapa a rosca. Los que contienen
mayonesa o productos lácteos deben refrigerarse hasta su consumo. Pueden
conservarse por unos días.