Degeneración macular Degeneración macular

La degeneración macular, principal causa de ceguera entre mayores de 50, puede enfrentarse con hábitos saludables.

Qué es la degeneración macular

En la degeneración macular, la mácula –el área sensible a la luz en el centro de la retina que controla el campo visual y la capacidad de ver los colores– se deteriora y perjudica la vista. Aunque la visión periférica, la capacidad de ver los extremos de una escena, permanece intacta, el centro del campo visual es borroso, gris o está cubierto por una gran mancha blanca: por ende, la afección puede dificultar o impedir por completo leer, conducir, ver televisión, usar una laptop o hasta reconocer un rosto. Este trastorno tiene dos variantes: en la degeneración macular, también llamada “seca”, propia de la edad, la mácula se adelgaza y debajo de ella se acumulan trocitos de desechos. La afección evoluciona lentamente. Representa el 90% de los casos. En la degeneración macular hemorrágica, conocida como “húmeda”, crecen nuevos vasos sanguíneos debajo de la retina, los cuales brotan como las raíces de un árbol que rompen el pavimento. Esto frágiles vasos a menudo gotean fluido y sangre, lo que provoca que se forme tejido cicatricial y que la visión central se deteriore con rapidez.

Qué provoca la degeneración macular

Es probable que el daño producido por los radicales libres –las moléculas inestables de oxígeno que pueden afectar a las células– sea la causa principal de la degeneración macular. Una dieta rica en grasas saturadas, el humo de los cigarrillos y la exposición prolongada a la luz solar pueden propiciar la formación de radicales libres en la retina. La hipertensión arterial, la cardiopatía y la diabetes también contribuyen, porque limitan el flujo sanguíneo hacia los ojos.

Cómo ayudan los complementos

Las vitaminas C y E, y diversos carotenoides, que actúan como antioxidantes, pueden neutralizar los radicales libres relacionados con la degeneración macular. La luteína y la zeaxantina de los carotenoides son muy importantes (el color amarillo de la mácula se debe a su presencia), pues protegen los ojos filtrando los dañinos rayos ultravioleta del sol. El zinc también es vital en el funcionamiento de la retina. A muchos ancianos les falta este mineral que, según algunas investigaciones, puede retardar la evolución del trastorno. Y si usted toma zinc, también necesitará cobre, porque el primero inhibe su absorción. Para mayor efectividad, tome estos complementos y añada arándanos, que también contienen compuestos antioxidantes y aumentan el flujo sanguíneo a la retina. Puede sustituirlo por extracto de semillas de uva o ginko biloba. Aunque no son tan eficaces como los arándanos, las semillas de uva pueden ser buenas para la visión nocturna deficiente, y el ginko es útil para quienes también muestran signos de pérdida de memoria. El selenio también es otra opción a sumar ya que aumenta la actividad antioxidante del organismo. 

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