Si
quiere reducir la presión sanguínea, tome nota de estos pasos, que lo ayudarán
a hacerlo.
1. REDUZCA LA SAL
Aun una pequeña reducción del consumo de sal –los
adultos no deben exceder los 6 g diarios– puede disminuir la presión sistólica
hasta 8 mmHg. Lea las etiquetas de los alimentos y elija las alternativas
bajas en sal (aquellas con 0,3 g o menos por cada 100 g), y evite los
alimentos procesados.
2. EVITE FUMAR
La nicotina del tabaco eleva la presión 10 mmHg o más
hasta una hora después de fumar y, al parecer, lo mismo sucede si inhalamos humo
de segunda mano. Cuando esto sucede con frecuencia, la presión puede
permanecer alta, así que su casa debe estar libre de humo.
3. DISFRUTE DE BEBIDAS BENEFICIOSAS PARA EL CORAZÓN
El café provoca un aumento de la presión que es duradero
en personas sensibles a la cafeína. Si tiene un tensiómetro en casa, puede
averiguar si es susceptible: mida su presión 30 minutos después de tomar una
taza de café u otra bebida rica en cafeína. Si ha subido significativamente,
debe evitar la cafeína en el futuro. En cuanto al alcohol, pequeñas
cantidades pueden bajar la presión entre 2 y 4 mmHg. Pero el efecto
protector se pierde si se toma demasiado.
4. ADELGACE
El aumento de peso eleva la PS, por el contrario,
perder 10 kg puede reducir cerca de 20 mmHg la presión sistólica, es decir,
cuando el corazón bombea la sangre hacia afuera. Ello incrementa la eficacia
de cualquier medicación que esté tomando.
5. HAGA EJERCICIO TODOS LOS DÍAS
El ejercicio regular –30 minutos casi todos los días–
es bueno, se tenga o no presión alta. Pero hay una razón más para hacerlo: la actividad física diaria puede reducir la presión sistólica hasta 9 mmHg. Si
tiene prehipertensión (hasta 139/89 mmHg), el ejercicio ayudará a evitar
que se convierta en hipertensión.