Tomar antibióticos de forma reiterada luego del diagnóstico
de cáncer podría generar un peor pronóstico.
Según un estudio realizado por investigadores de Stanford,
Estados Unidos, las mujeres con cáncer de mama triple negativo que
recibieron múltiples recetas de antibióticos dentro de los tres años
posteriores al diagnóstico de cáncer tuvieron más probabilidades de
experimentar una recurrencia de la enfermedad y morir a causa de su cáncer
que aquellas que tomaron menos ciclos de los medicamentos. El efecto sobre la
supervivencia no se debió a diferencias en la gravedad del cáncer. El riesgo
aumentó sustancialmente con el número total y los tipos de antibióticos
prescritos para cada paciente. “Cada antibiótico adicional aumentó el riesgo de
muerte entre un 5 % y un 18 % en relación con los pacientes a los que no se les
recetaron antibióticos”, dice Julia Ransohoff, becaria en Hematología y
Oncología Médica en la Escuela de Medicina de Stanford. “Sin embargo, es
importante interpretar estos hallazgos con cautela. No podemos permitir que las
infecciones potencialmente mortales queden sin tratamiento. Pero este estudio
sugiere que consideremos la mejor manera de tratarlas sin aumentar el riesgo
de recurrencia del cáncer”.
Cómo interpretar los resultados del estudio
Ransohoff es el autor principal del estudio, que se publicó
en línea el 12 de abril en Nature Communications. Allison Kurian, profesora de
Medicina y de Epidemiología y Salud de la Población, y Ami Bhatt, profesora
asociada de Medicina y Genética, son las autoras principales del estudio.
“Estos hallazgos ofrecen información sobre el papel del sistema inmunitario y los factores que pueden perturbar su función en la lucha contra el tipo de
cáncer de mama más agresivo”, dice Kurian. Efecto sobre un tipo de célula
inmunitaria Los investigadores estudiaron a 772 mujeres que fueron
diagnosticadas entre enero de 2000 y mayo de 2014 y tratadas en Stanford Health
Care o Palo Alto Medical Foundation. Descubrieron que el tratamiento con
antimicrobianos (una clase de medicamentos que incluye antibióticos para tratar
infecciones bacterianas y antimicóticos para tratar infecciones fúngicas) se
asoció con una disminución en la cantidad de una célula inmunitaria llamada
linfocitos que circula en la sangre de un paciente. Se ha demostrado que el
número de linfocitos se correlaciona con la respuesta al tratamiento y la
supervivencia general en personas con cáncer de mama. Los investigadores creen
que el vínculo entre los antimicrobianos y el número de linfocitos se
encuentra en el intestino. Está bien establecido que el tratamiento con
antibióticos, así como la quimioterapia, pueden ser especialmente duros con las
bacterias que tapizan nuestros intestinos, una población de diminutos ayudantes
conocidos como el microbioma intestinal. “Hace tiempo que sabemos que el
microbioma intestinal juega un papel en la formación del sistema inmunitario y
que el sistema inmunitario es fundamental en la forma en que las personas
responden al cáncer y la quimioterapia”, dice Ransohoff. “Encontramos un
aumento del riesgo de muerte sorprendentemente fuerte y sostenido en pacientes
que habían recibido múltiples antimicrobianos en cualquier momento durante los
tres años posteriores a su diagnóstico inicial”