Una de las afecciones respiratorias más comunes es la bronquitis. Aprenda cómo identificarla y tratarla a tiempo.

Existen dos tipos principales de esta enfermedad respiratoria: la bronquitis aguda y la crónica. La primera consiste en una inflamación de la tráquea, y generalmente es secuela de alguna infección del tracto respiratorio superior, o de otras afecciones, como el sarampión y la tos ferina. Por lo regular, el padecimiento se disipa en cinco días. Sin embargo, podría darse una infección bacteriana secundaria, y si no se atiende, el riesgo de que derive en una neumonía es alto. Las personas más propensas (y también con mayor riesgo de adquirir una neumonía) son aquellas cuya inmunidad es débil, como los ancianos, los niños y los fumadores. La bronquitis crónica es una enfermedad pulmonar obstructiva, que se caracteriza por un gran aumento en la producción de moco y la presencia de tos con expectoración, que se prolonga durante más de tres meses. El factor que contribuye fuertemente a desencadenarla es el humo del cigarrillo, ya sea fumado o inhalado de segunda mano. 

Síntomas de la bronquitis

Los síntomas de la bronquitis aguda incluyen pecho congestionado, con producción de mucosidad; febrícula o fiebre; fatiga; respiración sibilante y entrecortada; tos seca y áspera que, como secuela de la irritación de las membranas mucosas, puede durar varias semanas después de que los síntomas han desaparecido. La infección bacteriana secundaria y la neumonía pueden complicar la bronquitis aguda y requerir tratamiento médico inmediato. La presencia de moco amarillo verdoso indica que la posibilidad se encuentra presente. En la bronquitis crónica, los síntomas consisten principalmente en una tos persistente con flemas durante al menos tres meses al año, en los últimos dos años; respiración entrecortada; edema (retención de líquidos), especialmente en tobillos y abdomen; los labios pueden ponerse azulados debido al bajo nivel de oxígeno en la sangre; aumenta el riesgo de desarrollar neumonía, insuficiencia cardíaca e hipertensión pulmonar.

Consulte a su médico si tiene fiebre que sobrepasa los 37,5 ºC y que se prolonga por más de tres días, si tiene dificultad para respirar o la tos no lo deja dormir, pida enseguida un turno con el doctor. De igual forma, si presenta mucosidad sanguinolenta y huele mal, si es un adulto mayor, está débil, padece una enfermedad cardíaca o pulmonar, o si su función inmunológica se halla debilitada, no dude en llamarlo. El médico realizará un diagnóstico auscultando los pulmones, y tal vez ordene un análisis de las flemas.

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