A continuación, encontrará 4 propuestas de ejercicios para ejercitar distintas áreas del movimiento que sirven para estimular el cerebro.

1. EL NADADOR

Este ejercicio consiste en permanecer lo más estable posible, tratando de estirar al máximo el brazo y la pierna opuestos.

1. Colóquese en cuatro patas, con las rodillas apoyadas sobre un almohadón y las palmas sobre el suelo.

2. Inhale y extienda el brazo izquierdo hacia delante y la pierna derecha hacia atrás, estirando de un lado y del otro. Exhale. Mantenga esa posición.

3. Una vez bien estable en esta posición, despegue el pie izquierdo que quedó en el suelo, en punta.

4. Reitere el ejercicio invirtiendo brazo y pierna. Haga ese movimiento entre 10 y 15 veces de cada lado.

La posición correcta.

Para ayudarse a mantener la posición (etapa 2), contraiga los abdominales y los glúteos. Esto le ayudará no sólo a conservar el equilibrio, sino también a evitar que se acalambre la espalda.

 

2. LA BAILARINA

Un ejercicio perfecto para tonificar los tendones de los tobillos y prevenir los esguinces.

1. De pie, con las manos en las caderas y las piernas separadas a la altura de los hombros, doble las rodillas a 90°.

2. Póngase de puntas. Mantenga la posición 15 segundos y repita el ejercicio 10 veces seguidas durante 3 minutos. Si es necesario, ayúdese con los brazos para conservar el equilibrio.

3. EL EQUILIBRISTA

Un ejercicio para repetir en la playa los días de verano. Tire la toalla entonces: la arena y las olas tomarán la posta y sus esfuerzos se verán naturalmente incrementados.

1. Parado sobre un pie, con las rodillas ligeramente flexionadas, extienda los brazos delante de usted. El pie apoyado sobre el piso debe estar bien plano; puede aumentar la dificultad colocando debajo una toalla enrollada.

2. Mantenga la posición entre 2 y 3 minutos.

Consejo.

Haga este ejercicio descalzo para evitar caer.

 

4. EL GIGANTE

Este ejercicio de estiramiento activa sus sensores propioceptivos y su sentido del equilibrio.

1. De pie, con el pecho y la espalda bien rectos y la mirada fija hacia adelante (viendo un punto situado a lo lejos), coloque los brazos a lo largo del cuerpo.

2. Póngase de puntas levantando los brazos al cielo. Estírese apoyándose sobre los dedos de los pies.

3. Mantenga la posición y luego, cuando haya adquirido una buena estabilidad, mueva los brazos en tijera sobre su cabeza.

¡Todavía un poco más! Haga algunos pasos, siempre de puntas, conservando la silueta erguida.

 

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