La cultura de las dietas exprés va quedando atrás y dejando
paso a una alimentación consciente que fomente el bienestar.
Fuente: Salud a Diario
Los ideales de belleza y expectativas en torno
al aspecto físico,
el peso y la forma de comer han impuesto desde edades muy tempranas el
cumplimiento de reglas
y normas con impacto directo en el bienestar emocional de niñas y mujeres a lo
largo de las últimas décadas en todo el mundo. En conexión con lo anterior, la
cultura de dieta se fundamenta en un sistema de creencias y mitos que vincula la delgadez con el éxito y la felicidad, equiparando
esto con niveles
adecuados de salud y superioridad social, donde generalmente se aprecia la demonización de
alimentos y opresión de personas que no coinciden con el supuesto ideal de belleza. En este
sistema, las
personas con cuerpos más grandes, piel de color o con discapacidad son acosadas exigiéndoseles
cumplir con normativas o reglas que terminan impactando negativamente su salud tanto a nivel físico
como emocional. Lamentablemente, la cultura de la dieta está muy normalizada en
nuestra sociedad
Tal vez le
suenen algunos de sus supuestos:
● Comer carbohidratos después de las 6:00 PM engorda.
● Compensar la noche de picoteo y bebidas con un extra de
ejercicios es la clave.
● Mientras menos peso mejor.
● Ser flaco es una
bendición.
Los problemas de la cultura de la dieta
La cultura de la dieta te hace creer que no eres
suficiente, que
hay algo
mal contigo y
que
necesitas arreglarlo,
y te hace pensar que no serás aceptada si no te ves o pesas de cierta manera, induciéndote a
desarrollar relaciones problemáticas con los alimentos, sobrepreocupación por
la comida y frustración
al no alcanzar
el supuesto ideal de belleza, felicidad y salud.
Este sistema está muy arraigado en la sociedad y se camufla fácilmente
sin considerar necesidades particulares de cada uno y sus procesos evolutivos
personales,
actividad física, gustos o
preferencias,
todo esto con el único
objetivo de bajar
de peso, encoger el
cuerpo a costa de lo que sea.
¿Cómo salir de la cultura de dieta?
Puede que no sea una tarea simple o que podamos hacer de un
día para
otro. Sin embargo, es fundamental
iniciar este camino entendiendo todo lo que implica y los efectos contraproducentes
de mantenernos girando en torno a las dietas como patrón restrictivo o régimen para
perder peso sin pensar en la composición de lo que comemos o no. Este movimiento
es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de una mala relación con la comida o
incluso trastornos de la conducta alimentaria. Mantenernos informados y
ser selectivos
con el contenido al que accedemos a través de medios de comunicación, redes
sociales y
apoyarnos en profesionales
de la salud en donde haya enfoque
integral
de la persona a nivel psiconutricional; conectar con nuestra identidad, objetivos y
necesidades, trabajar en la autocompasión, la gestión emocional y la alimentación
consciente son algunos
de los primeros pasos a recorrer para cambiar nuestras perspectivas en torno a
la comida.