Tómese el trabajo de cuidar su vajilla como corresponde y
los platos le durarán para toda la vida.
Con el fin de proteger el esmaltado, enjuague la
vajilla después de utilizarla. Para eliminar restos de huevo o leche,
emplee agua fría, y caliente para otros alimentos. Para blanquear una mancha,
aplique una parte con un 30 por ciento de agua oxigenada y tres partes de agua
con unas gotas de amoníaco. O bien frótela con levadura química con
cuidado de no dañar el dibujo. Si la comida se ha endurecido sobre el plato, no
lo friegue con productos abrasivos o filosos: remójelo.
En caso de efectuar el lavado a mano, evitará roturas
mediante un recipiente plástico y un protector de goma sobre el grifo. Llene un
bol con agua caliente y detergente, lave los objetos menos engrasados –por
lo general, los vasos– y luego proceda con los cubiertos, platos y finalmente,
los cacharros y cacerolas.
Para prevenir rajaduras, no exponga platos fríos al
agua caliente y procure no sobrecargar el recipiente. Enjuague o rocíe los platos
con agua caliente.
Los lavaplatos son aconsejables para la mayoría de las
piezas de vajilla actuales, incluso las más delicadas. Deberán
exceptuarse las antiguas, pintadas a mano o decoradas en oro, plata,
platino o azul cobalto. Asegúrese de que no choquen entre sí durante el lavado.
Emplee sólo detergentes apropiados para este tipo de artefactos, ya que
de otra manera se producirá un exceso de espuma.
Al cargar la máquina, coloque las cacerolas y fuentes más
sucias boca abajo en la canasta inferior frente al brazo rociador;
verifique que se encuentren seguras y no vayan a caerse, bloqueando la
salida del dispositivo. Deposite las bandejas de mayor tamaño en la parte
posterior o en los laterales; de hacerlo adelante, podrían obstruir el paso
del agua hacia el dosificador de detergente y la canasta del menaje. Los objetos
más pequeños y livianos deberán colocarse en el nivel superior, incluyendo
aquellos de plástico aptos para este tipo de artefactos.
Coloque las tazas y copas entre o sobre las cestas
con sostenedores: no los deje sueltos. No deberá situar copas o piezas
frágiles en la parte trasera. Tenga en cuenta que las manchas oscuras sobre
la cerámica se deben al roce con objetos metálicos.
Para sujetar elementos livianos como vasos plásticos,
colóquelos en las esquinas de los soportes superiores ya que el impulso del agua
es menor. También podrá sostenerlos entre otros más pesados o fijarlos entre
los sostenes.