El paso de los años no tiene por qué ser malo, ya que
conlleva una serie de beneficios.
Si bien un cerebro de más edad no es tan ágil como lo fue
alguna vez, tiene tanta capacidad como el cerebro joven. Recuerde que en
los tests de conocimiento cronometrados, a los adultos jóvenes les va mejor que
a los mayores, pero, si se quita el factor tiempo, los adultos mayores lo hacen
mejor. Eso no es todo. En esas pruebas de laboratorio de habilidades de lamemoria, solo se les puede pedir a los sujetos que estudien y digan listas de
palabras o números. Eso es una pequeña parte del cuadro cognitivo total. Los
científicos no pueden siquiera intentar medir la verdadera complejidad –y las
profundas reservas– del cerebro de más edad. “Cuando las personas envejecen,
son capaces de más y más proyectos complejos”, dice el doctor Gary J.
Kennedy, profesor del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento
de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva, en el
Bronx, Nueva York.
La lucha contra el desgaste mental
El primer paso en la lucha contra el desgaste mental es
aplaudir el magnífico potencial que ya posee. En otras palabras, está en
mejor forma de lo que usted cree. De hecho, a veces, lo que siente como
deterioro de la memoria es, en realidad, algo mucho más benigno: pereza mental.
Olvidamos un nombre, no porque nuestra memoria esté dañada, sino porque nuestro
juez interno consideró que el nombre de la persona que acabamos de conocer no
vale la pena.
Tome medidas para evitar la demencia
Si hay una lección clave que debe aprenderse de los
líderes en la investigación sobre el cerebro, es esta: si no lo usa, lo pierde.
Necesitamos flexibilizar esos músculos mentales para preservar nuestros poderes
de atención, comprensión y memoria. Entonces, el segundo paso importantísimo
en la lucha contra el desgaste mental es decidir de manera consciente hacer
algo al respecto. Al leer esta nota, ya ha comenzado.
¡Felicitaciones! Ponga un poco de agallas y determinación.
El tercer paso es trabajar con más dedicación. ¿Está listo para el desafío?
Trate de realizar ejercicios específicos destinados a incrementar la energía
cerebral en seis áreas: atención y concentración, memoria general,
velocidad de procesamiento, habilidades verbales, numéricas y de razonamiento.
Sí, le estamos pidiendo que se esfuerce un poco, pero no se preocupe: este
trabajo es más como un juego. Muchos de este tipo de ejercicios no llevan más
tiempo que los hábitos de aseo diario, como cepillarse el pelo o pasarse el
hilo dental. ¡Piense en esto como una higiene cerebral!