¿Sabía que el funcionamiento de nuestro organismo depende de la luz natural? No se pierda estas recomendaciones para aprovechar la luz al máximo y sentirnos mejor.

Deje que entre la luz

Millones de años antes de que se inventase el primer reloj despertador, la madre naturaleza concibió una exitosa manera de despertar a los cerebros humanos: la luz solar. Cuando la luz del amanecer alcanza el ojo humano, envía una señal a las regiones del cerebro que controlan el estado de alerta. En consecuencia, se pasa de un estado somnoliento a uno lleno de energía. Tenemos una comprensión intuitiva de la conexión entre la luz y el pensamiento agudo; basta con pensar en frases como “se hizo la luz” y “vi la luz”. Ahora, la ciencia se pone al día con esta sabiduría arcaica y echa su propia luz sobre este vínculo. Algunas investigaciones demuestran que una sacudida de luz solar puede ayudarlo a sentirse más alerta, incluso si está necesitado de sueño. En estudios de imágenes del cerebro, aun una pequeña irrupción de luz azul —una longitud de onda predominante en la luz natural— disparó nueva actividad en el tallo y en el tálamo cerebral, áreas que controlan el despertar y la somnolencia. Cuando las luces de un edificio de oficinas británico se equiparon con focos experimentales de luz diurna durante cuatro semanas, mejoraron el estado de alerta, la concentración y el rendimiento laboral. Los trabajadores informaron que dormían mejor de noche. Los investigadores sospechan que los focos de luz diurna son más efectivos porque imitan a la vigorizante luz natural. La luz brillante puede incluso disminuir la demencia. Cuando neurocientíficos holandeses instalaron luces superbrillantes en centros de cuidado de largo plazo, las personas con demencia tuvieron un puntaje 5% mejor en pruebas de pensamiento y su nivel de depresión bajó un 19%. Las luces que se usaron en este estudio no están disponibles para uso hogareño; eran tres veces más brillantes que la iluminación típica de una casa de familia, similares a las que se usan para la iluminación de un set de televisión. Pero el principal autor del estudio dice que es aconsejable que las personas que corren riesgo de demencia o que ya la padecen vivan en ambientes bien iluminados

Estos pasos pueden ayudarlo a aprovechar la conexión entre luz y estado de alerta.

A la mañana, suba primero las persianas y luego salga. Algunos estudios sugieren que los ojos y el cerebro pueden ser receptivos a los efectos energizantes de la luz natural a primera hora de la mañana. Aproveche esta oportunidad y deje que su casa se inunde de luz solar. Luego salga o bien para dar un paseo (¡bueno para el cerebro!), o bien para sentarse en el jardín a tomar un café (¡también bueno para el cerebro!). Cuando esté adentro, siéntese al lado de una ventana por la que entre el sol. En un estudio japonés, 16 mujeres informaron que se sintieron más despiertas y rindieron mejor una serie de pruebas de alerta mental después de haberse sentado al lado de una ventana por la que entraba el sol que al sentarse en una habitación poco iluminada.

Tome una dosis de luz natural más tarde durante el día. Necesita media hora de luz solar para aumentar el estado de alerta. Otra buena razón para dedicar parte de su hora de almuerzo a un paseo al aire libre.

Encienda las luces. El área donde se encuentra debe estar bien iluminada. Después de la cena, baje la intensidad de la luz para indicar al cuerpo que debe relajarse.

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