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La clave de una vida feliz es aprender a gestionar sus emociones, lo que parte de un profundo autoconocimiento.

Fuente: Salud a Diario

La vida es compleja, variada, desafiante. No es raro entonces, que –en ocasiones– reaccionemos de manera exagerada o, en otras, bloqueemos lo que estamos sintiendo, convencidos de que esa es la mejor manera de manejar nuestras emociones. Es más, nos cuesta reconocer cuáles son las consecuencias y hasta qué punto nos está afectando esa falta de gestión emocional. Quizás ya lo sabías: “Somos seres emocionales, y todo lo que sucede en la vida te va a generar una emoción”. Pese a que corrientes de la filosofía del pasado decían: “Pienso, luego existo”, hoy por hoy, hemos comprendido que no somos seres racionales que tenemos emociones, “sino seres emocionales que racionalizamos”. Todos, antes de hablar, comenzamos por sentir; un bebé se comunica a través de emociones; llora, se enoja, ríe, está contento, pero no habla. La pregunta surge entonces ¿cómo funciona tu mundo emocional?

¿Para qué sirven las emociones?

Las emociones son absolutamente necesarias y cumplen un rol muy importante en la vida de todos nosotros, al punto de que muchas decisiones dentro de ella han dependido del estado emocional. Sin embargo, han sido subestimadas; vinculándolas más bien estados de debilidad y vulnerabilidad. Algunos las clasifican en buenas y malas; otros, en positivas y negativas. Por lo general, incorporamos con bastante facilidad aquellas de tipo placenteras, y queremos desechar por completo aquellas que nos causan incomodidad, y aún más: ni siquiera sabemos reconocerlas, menos gestionarlas; convirtiéndose, entonces, en un estorbo. Menos aceptamos atribuirles alguna función. No obstante, podemos comenzar a dar un giro a estos prejuicios, otorgándoles una oportunidad a todas las emociones, decidiendo no eliminarlas del mapa. Al contrario, consideranlas como una verdadera brújula, capaces de ser una señal para guiarnos en nuestras vidas. Ejemplo de ello es el miedo. Esa sensación tan desagradable, que provoca cambios en el cuerpo: el erizarse de la piel o el aumento de la respiración, tiene como función prepararnos para la acción. Su mensaje es: “Tienes que huir, protegerte o defenderte y atacar”. El problema no son las emociones en sí, sino cómo gestionarlas, lo que tiene como punto de partida, el aprender a reconocerlas y utilizarlas de tal manera que se conviertan en aliadas para transitar en la vida accionando y no reaccionando. Si gestionamos mal, se provocan bloqueos y malestar.

Las consecuencias de la mala gestión de las emociones

Esa mala gestión es un indicador de que hemos perdido esa serenidad y nos convertimos en seres que solo reaccionamos ante los acontecimientos, trayéndonos como consecuencias:

• Limitación en los resultados y objetivos

• Dificultad en la comunicación.

Desgaste en las relaciones personales.

• Alteración de la salud mental.

• Efectos sobre la salud física. 

Cómo gestionar nuestras emociones

Gestionar nuestras emociones significa que podemos sentir tristeza, pero la diferencia es que ahora logramos reconocer de donde viene esa tristeza. Podemos conectarla con el cuerpo, identificando exactamente en que lugar se percibe, etc. Al contrario, cuando no entendemos o no sabemos nada de lo que nos sucede, y sólo tenemos sensaciones que intentamos ignorar o eliminar, considerándolas desagradables, entonces nos confundimos y las expresamos erróneamente, lo que refleja la falta de recursos emocionales, llevándonos al desequilibrio y agotamiento emocional, transformándose así en verdaderas piedras que agregaremos a la mochila de la vida, cargándolas durante nuestra existencia y, como si fuera poco, condicionando nuestro día a día en el presente.

¿Quiere saber los puntos más importantes para gestionar las emociones?

• Sentir, comprender, manejar y utilizarconstructivamente las emociones.

• Buscar herramientas específicas que te regulen o ayuden con la intensidad de una emoción.

Aumentar el foco en las emociones positivas y potenciadoras.

 

Cómo recuperar naturalmente ese equilibrio emocional

Medicamentos a base de compuestos naturales, como es Ignatia amara están indicados para esos cambios de ánimo y apatía, ayudando a regular y recuperar el equilibrio emocional, vital para una mente y cuerpo sanos. Y porque emociones y pensamientos transitan en nuestro cuerpo, registrando todas aquellas tensiones producto de las altas demandas, estrés y preocupaciones, impidiendo no sólo que disfrutes tus días, sino que afectando tu buen dormir; existen compuestos naturales que pueden restablecer dicha calma y tranquilidad, como es Avena sativa, relevante para alteraciones de ansiedad y Pasiflora, que ayuda a aliviar estados de nerviosismo y trastornos del sueño, como insomnio, interrupción o mala calidad del dormir. 

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